Por qué importa. La elección de un nuevo papa en la cuarta votación del cónclave para escoger al sucesor de Francisco mostró que los cardenales alcanzaron un rápido consenso —al menos 89 de los 133 sufragios emitidos en reclusión en la capilla Sixtina— en el segundo día de votaciones para escoger al nuevo jefe de la Iglesia Católica Romana, que tiene 1.400 millones de fieles en el mundo.

  • A la 1:13 pm de Chile salió al balcón de la basílica San Pedro el cardenal diácono Dominique Mamberti, quien anunció que el nuevo papa sería el cardenal Robert Prevost. El nombre que asumió el prefecto del dicasterio para los obispos, de 69 años, fue León XIV.
  • Se trataba de un sacerdote estadounidense, que en 2015 obtuvo la nacionalidad peruana, año en que fue nombrado obispo en Chiclayo, cargo que ocupó hasta enero de 2023, cuando asumió como jefe del dicasterio para los obispos. En su discurso inaugural de este jueves, saludó a la diócesis en buen español.
  • La elección fue leída como un doble mensaje para las Américas: uno para la iglesia estadounidense, en que el perfil misionero agustino y ecológico de Prevost es opuesto a las políticas del presidente Donald Trump (quien incluso bromeó con querer ser papa) y hacia Latinoamérica, ya que se trataba del segundo papa con nacionalidad latinoamericana tras Jorge Bergoglio, quien era argentino.

Sus años en Perú. En 1985, tres años después de haber sido ordenado sacerdote agustino, Robert Prevost —nacido Chicago— llegó a Chulucanas, en la región Piura, al norte de Lima. Era su primera misión en Perú. Fue canciller de la Prelatura Territorial de Chulucanas de 1985 a 1986.

  • Tras un breve regreso a Estados Unidos como promotor vocacional, volvió a Perú para liderar la formación de jóvenes agustinos en Trujillo. Se desempeñó también como vicario judicial, profesor de seminario y párroco.
  • En 2014, el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo. Un año después fue nombrado obispo y obtuvo la nacionalidad peruana.
  • En 2018 asumió como vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana, afrontando la crisis por los abusos del Sodalicio de Vida Cristiana, disuelto luego por Francisco.
  • Fue acusado de encubrimiento de dos sacerdotes de Chiclayo. La Vanguardia consignó que las acusaciones carecieron de fundamento, citando al periodista Pedro Salinas, que investigó el caso de los sodalicios.
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