Todo comenzó en mayo de este año, cuando el geoecólogo Steffen Zuther junto a un grupo de colegos llegó a la zona central de Kazajistán para monitorear un parto en un pequeño rebaño de saigas, una especie de antílope, natural de la zona. 

Sin embargo, al llegar al lugar, pudieron divisar a varias de estas especies (en peligro de extinción) muertas. En un principio no les pareció preocupante, sin embargo, después de cuatro días todo el rebaño de saigas murió. 

En total, se contabilizaron 60 mil de estos antílopes, quienes perdieron la vida de un momento a otro.

Segun Live Science, una bacteria sería la responsable de esta muerte masiva, pero todavía no saben cómo un microbio tuvo la capacidad de exterminar tal cantidad de saigas en tan poco tiempo. 

"Esto no se ha observado en ninguna otra especie", señaló Zuther, quien recalca que es "bastante inusual". 

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