Lauren Coyle y Reece Hitchcott, madre y padrastro de Ellie-May Minshull-Coyle de 19 meses, fueron declarados culpables por la justicia de Gran Bretaña por matar a su hija luego de encerrarla de manera macabra en su habitación en Lostock Hall, Preston. 

Según la madre, Reece había construido una especie de "jaula monstruosa" para la cama de la niña con barrotes eléctricos y además colocó colchones y sábanas en las ventanas para que los vecinos no escucharan los llantos de la menor. 

La mujer comentó en el juicio que le mencionó a su pareja que no estaba de acuerdo con la "jaula" pero que nunca le mencionó que la sacara. 

Además, Lauren y Reece afirmaron que la menor solía hacer rabietas y golpearse contra las puertas y murallas cuando no conseguía lo que quería. Sin embargo, en medio del proceso judicial se evidenciaron los espeluznantes mensajes que la pareja se enviaba. 

Los textos incluían frases como "me mordió así que la puse en su habitación", "la golpeé mucho", "está golpeando su cabeza contra la pared" o "cuando llegue a casa lo arreglo".

Ellie - May fue encontrada sin vida boca abajo mientras estaba con los tobillos y el pecho amarrados a la cama, por lo que la autopsia demostró que la pequeña murió por "una restricción forzada de las ligaduras en una posición boca abajo complicada por hipertermia".

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