Una investigación periodística del programa FAKT sugiere que el servicio de inteligencia alemán (BND, Bundesnachrichtendienst) habría apoyado a los golpistas por medio del envío de armas a través de Colonia Dignidad.

La secta alemana fue fundada en 1961 por el predicador Paul Schäfer, quien se instaló con unos 300 seguidores en la zona de Parral, unos 400 kilómetros al sur de Santiago.

"Hasta ahora no sabemos si existió directamente una conexión entre el servicio secreto de Alemania y los golpistas antes del golpe, pero lo que sí sabemos es que había una conexión con Colonia Dignidad, y esa conexión ya era de larga duración, desde antes de la época de Allende”, dice a DW el historiador Stefan Rinke, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos (LAI) de la Freie Universität Berlin.

Armas de Alemania

Este vínculo se profundizó durante el Gobierno de Allende, ante la amenaza de la reforma agraria. "Los colonos tenían miedo de una socialización de su terreno y tuvieron la idea de defenderse en el caso de un ataque o medida en contra de su fundo. Entonces importaron secretamente armamento desde Alemania”, relata Rinke.

"Desde finales de los años 60 y durante el Gobierno de Allende (1970-1973), Colonia Dignidad se empezó a abastecer de armas en Alemania y a construir armamento en base a modelos que conseguían en ese país, supuestamente en el mercado negro”, señala a DW Jan Stehle, del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica, FDCL, en Berlín.

Documentos de Colonia Dignidad que hoy se conservan en el Archivo Nacional de Chile, difundidos por el programa televisivo, acreditan el despacho de armas desde una empresa en Krefeld, Alemania. Coincidentemente, en esta ciudad hoy viven varios excolonos, como el médico Hartmut Hopp, mano derecha de Schäfer y prófugo de la justicia chilena.

Mertins, los golpistas y el BND

"Declaraciones y testimonios hacen suponer que Colonia Dignidad jugó un papel importante en los preparativos del golpe. Desde antes de que asumiera Allende, promovieron visitas y contactos con civiles y altos oficiales que estarían luego en las filas golpistas”, afirma Stehle.

Más tarde, agrega, "con la intención de defenderse frente a posibles tomas de terrenos se relacionaron con latifundistas de derecha y extrema derecha de la zona y grupos como Patria y Libertad, que a través de acciones armadas y de sabotaje intentaban desestabilizar al Gobierno de la Unidad Popular. Hay testimonios de que Colonia Dignidad les proveyó de armas, facilitó el lugar para entrenamientos y habría participado directamente en acciones de sabotaje”.

Un personaje clave en esta trama fue Gerhard Mertins, el mayor comerciante alemán de armamento en el mundo. "Donde políticamente no era oportuno que el Gobierno alemán negociara con los clientes que estaban interesados en armas, siempre Mertins hacía esas negociaciones”, indica Rinke.

Mertins, amigo de la cúpula de Colonia Dignidad

Stehle explica que "Mertins trabajó como informante del BND. En ese contexto aparece en los años 70 en Colonia Dignidad y se hace muy amigo de la cúpula.

Realizó muchas visitas al lugar en la época de la dictadura y fue un defensor público de Colonia Dignidad. Incluso dirigió un círculo de amigos de la colonia en Alemania, hizo mucho trabajo de lobby, mantenía contacto con el ministerio de relaciones exteriores de la república federal alemana y con embajadores de este país en Chile”.

El libro Der Fall Colonia Dignidad (El caso Colonia Dignidad), del investigador de FDCL, detalla que Metins proveyó de armas a la secta y más tarde mantuvo contacto con la DINA, la policía secreta de la dictadura, a la que apoyó en operaciones en Europa, y la ayudó a introducir de contrabando en Chile componentes de laboratorio para la producción de armas químicas.

Tras el golpe, la colonia fue aliada y cómplice del aparato represivo de la dictadura, prestando sus instalaciones para entrenamiento de agentes de la DINA, la policía secreta de Augusto Pinochet, y funcionó como centro de detención, tortura y exterminio de prisioneros políticos. Según denuncias e investigaciones, unas cien personas habrían sido ejecutadas y hechas desaparecer en este lugar.

Marcados por la Guerra Fría

Documentos desclasificados en Estados Unidos muestran que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se involucró en acciones para desestabilizar el Gobierno de Allende. En Alemania, en tanto, había posturas diversas.

Mientras la Alemania oriental rompió relaciones diplomáticas con la junta tras el golpe, en la Alemania occidental no hubo una posición monolítica. En 1973, encabezaba el Gobierno el canciller Willy Brandt (socialdemócrata), en coalición con los liberales. En el contexto de la Guerra Fría, "hubo cautela. Para el Gobierno de Alemania Federal, la prioridad número uno era no enfrentar a Estados Unidos en su patio trasero”, indica Rinke.

"Sabemos que Brandt tenía muchas simpatías por los perseguidos, pero, como canciller, trató de tener una posición intermedia y evitar dar la impresión de ser de una izquierda radical. En su partido, SPD, muchas voces condenaron el golpe de manera muy fuerte, pero también había quienes decían que era necesario dejar canales abiertos para apoyar a los perseguidos”, agrega el historiador.

El director del LAI señala que "quienes sí aplaudieron el golpe fueron parte de la oposición, es decir, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y especialmente de la Unión Social Cristiana (CSU), de Baviera, quienes dijeron que el golpe era necesario para evitar una guerra, siguiendo la argumentación de Pinochet y la junta”.

Desclasificación de archivos

En opinión de Rinke, la información aparecida en los últimos documentales en la televisión era conocida para quienes han estudiado la historia de Colonia Dignidad, pero "sería muy bueno y muy transparente saberlo todo”.

"Hay todo un entramado de informaciones que permiten armar cierto puzle, pero no son informaciones confirmadas, sino que indicios. Se conoce muy poco acerca del rol del BND en relación a Chile en ese tiempo, porque este organismo no ha desclasificado sus archivos todavía”, apunta Stehle.

El politólogo observa que "el hecho de que el mayor traficante de armas alemán fuera un visitante regular y defensor de la colonia habla de amplios nexos y da para muchas especulaciones, pero no sabremos con certeza hasta que desclasifiquen los archivos del BND”. (ms) 

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