Ucrania enfrenta este sábado el inicio del tercer año de guerra, un aniversario al que llega desgastada por la menguante ayuda de las potencias occidentales para enfrentar a las tropas de Rusia que están a la ofensiva en el frente.

El presidente ruso, Vladimir Putin, contaba con ocupar la capital Kiev en pocos días cuando ordenó la invasión de la exrepública soviética, el 24 de febrero de 2022. Pero sufrió humillantes reveses ante la resistencia ucraniana.

Ucrania, a su vez, vio frustrados sus planes en 2023, con el fracaso de su gran contraofensiva estival, y su ejército deplora la falta de efectivos, de obuses y de baterías antiaéreas. El ejército ruso, en cambio, aborda el tercer año del conflicto en posición de fuerza, con la economía del país centrada en el esfuerzo de guerra.

La presencia el sábado en Kiev de numerosos dirigentes occidentales, entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no oculta esa realidad: la ayuda de Estados Unidos está bloqueada por los adversarios republicanos del presidente, Joe Biden, y la asistencia de la Unión Europea sufre retrasos.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó el viernes que las decisiones sobre la entrega de ayuda militar deben ser "la prioridad".

A su llegada de Kiev, la presidente la Comisión Europea destacó la "extraordinaria resistencia del pueblo ucraniano" y afirmó que el bloque los apoyará "hasta que el país esté por fin libre".

La solidaridad económica también empieza a flaquear debido al bloqueo de las fronteras por agricultores polacos que se oponen al aumento de las importaciones de granos ucranianos.

Rusia se jacta, en cambio, de aumentar sus acciones en el frente y reivindica victorias como la toma de Avdiivka, en el este del país, el 17 de febrero, tras meses de combates.

"Hoy, en términos de proporción de fuerzas, la ventaja está de nuestro lado", afirmó el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, que visitó este sábado a tropas de Moscú desplegadas en Ucrania.

 

Guerra Ucrania-Rusia: "un modo de vida"

Pero el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió el sábado a Putin que Moscú "no debe contar con el cansancio de los europeos", e insistió en que "el resultado de esta guerra será decisivo para los intereses, los valores y la seguridad europeos".

Las tropas rusas también pasaron a la ofensiva en otro sector del este, en torno a Mariinka.

Sin embargo, los ucranianos interrogados en Kiev por la AFP se dicen convencidos de que acabarán derrotando a los invasores.

"Hemos aprendido a resistir, a fortalecernos y a creer. Aquí decimos que quien tiene fe será recompensado", sostiene Nina, una jubilada.

"La guerra es nuestro modo de vida", afirma Iuri Pasichnik, un empresario de 38 años.

Rusia cobró ánimos con sus recientes victorias.

El presidente Putin felicitó el viernes a los "héroes" de su ejército que combaten en Ucrania. Unos 500.000 se alistaron en el ejército en 2023 y otros 50.000 tan solo en enero de este año, en tanto que la economía se orientó para apoyar la maquinaria bélica.

La oposición rusa se halla por su lado diezmada por la represión y por la muerte de su principal dirigente, Alexéi Navalni, el 16 de febrero en una cárcel del Ártico.

Ningún obstáculo parece surgir en el plan de Putin de obtener una victoria contundente en las elecciones presidenciales de mediados de marzo.

¿Alejados de la verdad?

En las calles de la capital rusa, los moscovitas se muestran exaltados. "Muchos de mis amigos han enviado a sus hijos al ejército, comentó Nadejda, una educadora de 64 años. "Nosotros los felicitamos y esperamos su regreso".

Los críticos, expuestos a largas penas de cárcel, se mantienen prudentes. Es el caso de Konstantin, un profesor de teatro: "Estamos tan alejados de la verdad que es difícil tomar decisiones".

En cuanto a las sanciones que aislaron a Rusia del mundo occidental e inicialmente golpearon a la economía rusa, el Kremlin se burla de ellas, al tiempo que las sortea.

Estas medidas no han impedido a la industria militar aumentar su producción, inclinando la balanza a favor de los rusos en el campo de batalla.

Países occidentales anunciaron los últimos días una nueva andanada de sanciones, pero las autoridades rusas las criticaron e hicieron mofa de ellas, como lo hizo el embajador de Moscú Canadá, Oleg Stepanov, quien las calificó como un "acto simbólico impotente y sin sentido".

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