China, Estados Unidos y Rusia están en plena carrera armamentística.

En los últimos años, Pekín ha ido tomando la delantera en algunos campos gracias a la modernización de su ejército.

Esto ha provocado que Estados Unidos dejara de compararse con Rusia para hacerlo con China en ciertos aspectos, advertía el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en un informe del año pasado.

Convertir al país en una potencia militar de primera línea ha sido uno de los grandes objetivos del actual presidente chino, Xi Jinping, que impulsó la reforma de las fuerzas armadas tras su toma de posesión en 2013.

Parte de la inversión del país asiático recae en la alta tecnología, un campo donde se encuentran sus "ventajas" más destacadas.

En los últimos años, Pekín ha ido desarrollando nuevas armas de alta tecnología y renovado su ejército hasta el punto de poder desafiar el poderío de Estados Unidos o Rusia en algunos aspectos.

"El resultado de la estrategia multidimensional de adquisición de tecnología es un ELP (Ejército de Liberación Popular chino) a punto de desplegar algunos de los sistemas de armamento más modernos del mundo", señala un informe realizado por la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense.

"En algunas áreas, ya es líder", indica el estudio, titulado "El Poder Militar de China" y publicado este mes.

No obstante, los especialistas consultados por BBC Mundo recomiendan cautela. La opacidad del régimen chino y especialmente el secretismo en torno a su ejército o desarrollo militar imposibilitan saber muchos detalles de sus avances en este sector.

Aquí presentamos tres nuevas armas recientemente anunciadas:

1. El arma naval "más potente"

Los especialistas consideran que China puede cambiar "el terreno de juego" con un arma naval de extraordinaria potencia.

El diario oficialista Global Times publicó el 3 de enero que los buques chinos pronto serán equipados con un cañón que utiliza energía electromagnética que dispara proyectiles con una "increíble velocidad destructora".

Estados Unidos trabaja en armas similares y Rusia e Irán también se han mostrado interesados, pero los medios chinos aseguran que el país ha tomado la delantera.

Citando un reportaje de la cadena estatal CCTV, el Global Times señala que la tecnología se basa en "propiedad intelectual" china y que se espera que el destructor 055 vaya a instalar el arma.

El aparato destaca por su precisión y capacidad para alcanzar objetivos a mayor distancia en menor tiempo, pero es una tecnología extremadamente cara.

La noticia se produce tras la difusión de unas fotografías en redes sociales el pasado mes de diciembre de supuestas pruebas de este tipo de cañón en el mar. Si bien la veracidad de las mismas no pudo ser confirmada por BBC Mundo.

El Global Times, además, indica que el pasado mes de febrero el mismo barco con este tipo de cañón fue fotografiado en puerto.

La Armada estadounidense ha llevado a cabo pruebas de este tipo de armas en tierra y planea llevarlos a cabo en buques en el mar, pero aún no lo ha conseguido.

El analista militar y antiguo miembro del Ejército chino Song Zhongping explicó al diario South China Morning Post que Pekín trabaja en "convertir esta nueva tecnología en un sistema de propulsión (...) para uso masivo en armas en buques y trenes maglev (de levitación magnética) e incluso para reemplazar cohetes para lanzar satélites al espacio".

"China no ha cesado en sus esfuerzos por igualar la tecnología electromagnética de Estados Unidos", destacó Song Zhongping, tras la difusión de las imágenes el año pasado.

Las fotografías, según Song, evidenciaron que no solo China estaba pisando los talones a Estados Unidos en este campo, sino que "podría adelantarle en los próximos 5 a 10 años".

"Estados Unidos necesita más tiempo para aprobar presupuestos, mientras el sistema político de China permite que se invierta más en proyectos especiales".

No obstante, varios expertos occidentales consultados por BBC Mundo mostraron su escepticismo al respecto al considerar que no se puede comprobar la autenticidad de las noticias ni en qué estado se encuentra el desarrollo de estos artefactos.

El año pasado, la cadena estadounidense CNBC publicó datos de un informe realizado por el servicio de inteligencia estadounidense que auguraba que China tendrá "listos para la guerra" estos cañones en 2025.

Según esa fuente, China es capaz de alcanzar un objetivo a 199 kilómetros de distancia a una velocidad de hasta 2,5 km por segundo.

2. Aparatos hipersónicos

China informó por primera vez en 2018 de sus avances en tecnología hipersónica.

En agosto, el país asiático llevó a cabo su primera prueba de un artefacto volador hipersónico, tanto para vuelos comerciales como para misiles capaces de esquivar los sistemas antiaéreos convencionales.

En la prueba, el artefacto, desarrollado por la Corporación estatal de Ciencia y Tecnología Aeroespacial y llamado Xingkong-2 ("Cielo estrellado"), llegó a alcanzar los 30 kilómetros de altura y una velocidad de hasta 7.344 km/h.

El aparato, propulsado por cohetes espaciales, tiene un diseño especial en forma de cuña que permite aprovechar las propias ondas de choque que se producen al volar para alcanzar velocidades ultrarrápidas, según precisaron los medios oficiales.

Hasta ese momento, se conocía que el ministerio de Defensa había estado llevando a cabo pruebas desde 2014 pero no se había publicado ningún detalle.

Rusia y Estados Unidos también trabajan en innovaciones de este tipo (Moscú incluso los ha probado ya en el terreno) y Washington teme quedarse rezagado.

"El desarrollo de las armas hipersónicas de China aventaja al nuestro... nos estamos quedando atrás", reconoció el almirante Harry Harris en febrero del año pasado, cuando dirigía el Comando del Pacífico de EE.UU.

"Necesitamos proseguir estos esfuerzos y de manera más intensa para garantizar que tenemos la capacidad tanto para defendernos frente a las armas hipersónicas de China como para desarrollar nuestras propias armas hipersónicas ofensivas", señaló ante legisladores, según recogió entonces la agencia AFP.

Sus declaraciones se produjeron meses antes de que Pekín confirmara la mencionada prueba pero poco después de que un medio japonés informara que el país asiático había desarrollado un nuevo tipo de misil hipersónico, el DF-17.

3. ¿Su propia versión de la "madre de todas las bombas"?

El mes de diciembre también trajo una novedad en el campo de las armas en China: la versión oriental de la "madre de todas las bombas".

El gigante armamentístico chino Norinco presentó por primera vez un nuevo tipo de bomba aérea en un video promocional. En él, difundido por medios ligados al gobierno, se muestra cómo se lanza desde un bombardero y causa una gran explosión, si bien se desconocen más detalles de la supuesta prueba.

La agencia oficial Xinhua tildó el artefacto como la versión china de la "madre de todas las bombas", en referencia a la utilizada por Estados Unidos por primera vez en Afganistán en 2017.

Otro reportaje del diario Global Times se hacía eco de esta innovación y señalaba que se trata de la bomba "no nuclear más potente" del país.

El analista Wei Dongxu, de Pekín, calculaba a partir de las imágenes difundidas que la bomba mide aproximadamente entre 5 y 6 metros de largo y puede "destruir completamente objetivos como edificios fortificados" y otras construcciones de defensa.

Pese a la comparación, Wei precisó que la bomba china es menor que la estadounidense y "menos pesada", lo que consideró una ventaja para ser transportada.

La bomba estadounidense, la GBU-43/B Massive Ordnance Air Blastes, es un arma con sistema GPS que pesa unos 9.800 kilos, según un artículo de la publicación especializada Eglin Air Force Base.

Cada una de estas bombas cuesta alrededor de US$16 millones, precisa el portal especializado en defensa Deagel, y Estados Unidos cuenta con veinte.

En esta "batalla" por la bomba más potente, Rusia tampoco se queda fuera: Moscú asegura tener el "padre de todas las bombas", un artefacto que, según el Kremlin, es 4 veces más poderoso que el utilizado por EE.UU. en Afganistán.

Como en el caso chino, no obstante, con Rusia los analistas también dudan de su capacidad por la poca información disponible.


 

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