El cáncer cervical o de cuello uterino puede ser tratado si se detecta de forma temprana. Pero las pruebas pueden resultar tan embarazosas que algunas mujeres optan por no examinarse.

Un hospital en Tailandia, sin embargo, parece haber encontrado una innovadora solución a este problema: la llamada "máscara del Papanicolau".

Las pacientes reciben máscaras para ocultar su rostro, de forma que los doctores -que también visten máscaras- no pueden reconocerlas durante la prueba del Papanicolau o citología vaginal y así se sienten más cómodas.

La campaña fue lanzada conjuntamente por una organización administrativa y un hospital de la provincia de Kamphaeng Phet.

"Creo que es un buen proyecto. Anima a la gente a hacerse la prueba", dijo Chawee Pangsri, una de las pacientes que se hizo la prueba vistiendo una máscara.

"Mi hija siente vergüenza, pero le diré que la máscara te hace sentir cómoda frente al doctor", aseguró.

Un problema cultural

La directora del hospital Tambon Nong Klod, Pornthip Pongsak, admitió que era muy difícil convencer a las mujeres para realizarse las pruebas porque muchas sentían vergüenza al desvestirse delante de los doctores y exponer sus partes íntimas.

Pero con las máscaras cada vez más mujeres acuden a examinarse, llegando a promedios de entre 40 y 50 pruebas por día. le dijo la doctora al medio local Thai PBS.

Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer cervical es una de las amenazas más graves para la vida de las mujeres.

Los datos del servicio de salud pública de Reino Unido, el NHS, muestran que el cáncer de cuello uterino se asocia al virus del papiloma humano (VPH) en un 99% de los casos, de ahí la importancia de realizarse la prueba de Papanicolaou.

Las infecciones de VPH son tan comunes que son casi una evidencia de que una persona es o ha sido sexualmente activa.

Afectan en algún momento de sus vidas a más del 80% de las personas sexualmente activas, según estimaciones del NHS, y de la Asociación Estadounidense de Salud Sexual.

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