La creciente disputa consultar entre Turquía y Estados Unidos, que el fin de semana se impusieron restricciones de viajes mutuas, es el más reciente indicio del deterioro en lo que en más de medio siglo ha sido considerada una alianza clave.

La misión diplomática estadounidense en Ankara anunció que había suspendido el otorgamiento de visas para no migrantes a fin de reevaluar el compromiso de Turquía de garantizar la seguridad de su personal.

Ante ello, el gobierno turco reaccionó suspendido todas las visas a ciudadanos estadounidenses.

La reciente disputa se produce pese a que el gobierno de Trump se ha comprometido a restaurar las "buenas relaciones" entre Ankara y Washington tras la turbulencia que caracterizó estos lazos durante el gobierno de Barack Obama.

En marzo pasado, el secretario de Estado de EE.UU. Rex Tillerson resaltó, durante su visita en Ankara, que Turquía es un aliado "cercano y confiable" de Washington.

Y Trump mismo se ha referido al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan como "amigo", y señaló durante la visita de éste a la Casa Blanca el mes pasado que ambos estaban "más cerca que nunca".

La realidad parece bastante diferente y más bien hay señales de que Ankara y Washington están más enfrentados que nunca.

La más reciente disputa

El más reciente diferendo se inició cuando un empleado del consulado estadounidense en Ankara, el turco Metin Topuz, fue arrestado, acusado de presunto espionaje.

Washington condenó el arresto señalando que no tenía fundamento alguno y advirtió que esto dañaría aún más las relaciones entre ambos países.

Según dijo a BBC Mundo Onur Erem, analista del servicio turco de la BBC, previo a esto otro empleado del consulado estadounidense en Adana, en el sur de Turquía, fue arrestado por presuntos vínculos con la proscrita organización separatista kurda Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo).

"Para EE.UU. el arresto de estos dos empleados es muy alarmante", señaló Erem a BBC Mundo.

Pero más allá de la reciente disputa, esto marca un incremento en las tensiones entre estos aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que durante décadas han mantenido fuertes lazos militares, comerciales y de seguridad.

Ozgur Unluhisarcikli, director en Turquía de la organización Fondo Marshall Alemán de EE.UU., explicó en un artículo publicado en el sitio Arab News que "pese a que los lazos entre Washington y Ankara siempre han tenido altas y bajas, este es el punto más bajo en esas relaciones".

Una piedra en el zapato de Ankara

Uno de los conflictos clave gira en torno a los reclamos del gobierno de Erdogan para que Washington extradite a Fethullah Gulen, un poderoso clérigo musulmán turco que vive en Pensilvania.

Gulen fue en el pasado un aliado cercano del presidente de Turquía, pero huyó a EE.UU. hace 20 años.

El gobierno turco lo acusa de haber orquestado el intento de golpe de Estado contra Erdogan el año pasado, algo que el clérigo niega.

"Hay informes de que el gobierno turco le está diciendo a Washington 'si quieres que te devolvamos a los ciudadanos estadounidenses arrestados aquí, devuélvenos a Gulen'", dijo a BBC Mundo Onur Erem.

El analista del servicio turco de la BBC destacó que entre esos ciudadanos arrestados se encuentra un obispo estadounidense, cuya liberación es reclamada ampliamente en EE.UU.

Oposición a los kurdos

El otro punto clave de tensión es el apoyo de EE.UU. a los kurdos, y en particular el hecho de que Washington considere como un aliado clave en Siria a las Unidades de Protección Popular (YPG) o los rebeldes kurdos de Siria.

"Turquía considera al YPG una extensión en Siria de los separatistas kurdos del PKK, mientras que para EE.UU. es un aliado confiable", subrayó Erem.

Erdogan tenía esperanzas de que esta política de apoyo kurdo, promovida por Obama, iba a ser descartada y que habría un nuevo comienzo en las atribuladas relaciones con EE.UU.

Pero según resalta un artículo del diario estadounidense Washington Post, nueve meses después de su asunción al poder, Trump ha mostrado poco interés en Turquía y por el contrario ha continuado armando a los combatientes kurdos en Siria.

Acercamiento a Rusia

Mientras las relaciones con Washington están de capa caída, Ankara muestra crecientes indicios de unas relaciones cada vez más cercanas con Moscú.

Esto parece en principio contradictorio. Primero porque tanto Turquía como EE.UU. son parte de la OTAN, pero además porque Ankara ha sido tradicionalmente un aliado militar clave de Washington en el cercano oriente.

Y segundo, porque en 2015 Ankara y Moscú enfrentaron una crisis diplomática luego de que la fuerza aérea turca derribara aviones de guerra rusos cerca de la frontera con Siria. La crisis llevó a que Moscú tomara sanciones en contra de Turquía.

Entonces ¿a qué se debe este acercamiento con Rusia?

El impacto económico de las sanciones de Moscú en contra de Turquía ciertamente ha contribuido a este acercamiento, pero muchos analistas consideran que el factor clave es el cambio en la correlación de fuerzas en la guerra en Siria.

Más importante aún, Turquía siempre ha priorizado su objetivo de minar la influencia kurda en Siria sobre su deseo de derrocar al gobierno de Al Asad.

Y, por otra parte, está su creciente convencimiento de que los rebeldes que hasta ahora había apoyado en Siria están claramente perdiendo cada vez más terreno en Siria.

En ese contexto, espera que un acercamiento con Moscú le permitiría influir en los acontecimientos en el terreno y detener el avance en la influencia kurda.

El periodista de la BBC Onur Erem destaca que Turquía está a punto de lanzar una operación en la provincia siria de Idlib, y según dijo el propio Erdogan, lo hará con el apoyo de aviones rusos.

Turquía espera que esta colaboración con Rusia en Idlib le permitirá en el futuro extender sus operaciones contra rebeldes kurdos del YPG en regiones con menos presencia rusa.

Pero además de estas decisiones tácticas en el contexto de la guerra siria, Erem destaca que Ankara ve en Rusia a un socio menos problemático que los países de Occidente.

"Rusia no critica el historial de derechos humanos de Turquía, mientras que EE.UU. y la Unión Europea sí, y eso irrita mucho a Ankara", explicó Erem.

Por otra parte, Rusia tradicionalmente tuvo unos lazos más fluidos con Moscú en comparación con los europeos y Washington, "por el simple hecho de que son vecinos".

En tanto para Rusia, "es muy satisfactorio ver que un aliado de la OTAN, Turquía, se está moviendo cada vez más hacia su eje, en vista de las fricciones con EE.UU. y en momentos en el que tiene un enfrentamiento con la Alianza Atlántica por lo que ve como la incursión de ésta en su patio trasero".

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