Macao, la última colonia europea en Asia, celebró este viernes el vigésimo aniversario de su transferencia a China por parte de Portugal.

Con una superficie de 31 kilómetros cuadrados, la pequeña Región Administrativa Especial utiliza el mismo modelo político que su vecina Hong Kong de "un país, dos sistemas".

Eso les garantiza un "alto grado de autonomía" durante 50 años desde el momento de su incorporación a China, mientras el gigante asiático se encarga de la Defensa y los Asuntos Exteriores de ambos territorios.

Y aquí terminan las similitudes entre Hong Kong y Macao.

Durante los últimos seis meses, una ola de protestas ha sacudido las calles de la excolonia británica debido a un proyecto de ley, ahora engavetado, que sugería permitir la extradición de hongkoneses para que fueran procesados en China continental.

Mientras millones de hongkoneses se han volcado a las calles, el gobierno chino ha estado elogiando a los "patriotas" de Macao por mantener la paz y ser un excelente ejemplo del modo de funcionamiento del modelo de "un país, dos sistemas".

En el marco de las celebraciones del vigésimo aniversario este viernes, el presidente de China Xi Jinping aseguró que "se debe preservar la tradición de valorar la unidad de Macao".

También reiteró que China no "tolerará" ninguna interferencia ni en Hong Kong ni en Macao.

"Deseo enfatizar que el manejo de los asuntos (de Hong Kong y Macao) es estrictamente un asunto interno de China, no hay necesidad de que alguna fuerza externa nos dicte cosas... nunca toleraremos ninguna interferencia externa", dijo Jinping.

La cara cambiante de Macao

Macao es una pequeña ciudad portuaria en la costa sur de China, cerca de Cantón y a solo unos 65 km de Hong Kong.

Fue alquilado a Portugal en 1557 y se convirtió oficialmente en una colonia del Imperio Portugués en 1887.

"Cuando los portugueses tuvieron el dominio completo de Macao, tuvieron que negociar con China porque el territorio está muy cerca (de ese país). Toda la comida provenía de China, así que los portugueses siempre trabajaron y cooperaron con ellos", dice Agnes Lam, directora del Centro de Estudios de Macao de la Universidad de Macao.

Pero en 1987, Portugal y China firmaron la declaración conjunta sino-portuguesa que estableció que el territorio sería devuelto a China el 20 de diciembre de 1999.

Y así fue.

Bajo el régimen de "un país, dos sistemas" Macao tiene su propio gobierno y maneja sus asuntos legales y financieros.

Además tiene su propia moneda local, la pataca, y cuenta con leyes diferentes al continente, que incluye la autorización de las apuestas y los casinos, que contribuyen enormemente a la economía local.

El jefe ejecutivo de Macao es elegido por un comité, aprobado por Pekín, compuesto por 400 políticos y empresarios. Como en Hong Kong, los ciudadanos comunes no tienen voz ni voto directo en su nombramiento.

"No tenemos ningún tipo de discusiones abiertas con China sobre el modelo de 'un país, dos sistemas'. Entendemos los límites bastante bien", le dice Lam a la BBC.

Según explica la académica, la herencia de la comunicación con el gobierno chino es una de las razones por las que el modelo de "un país, dos sistemas" es más efectivo en Macao que en Hong Kong.

Lam agrega que también ha habido un gran enfoque en mejorar la economía de la región y su sistema educativo.

Con una población de poco más de 600.000 personas, Macao tiene el tercer PIB per cápita más alto del mundo, solamente detrás de Luxemburgo y Suiza.

El año pasado, el gobierno macaense entregó 10.000 patacas (US$1.246) a los residentes permanentes de la región como parte de un programa de distribución de la riqueza.

"Los chinos le abrieron Macao a la gran industria estadounidense del juego lo que convirtió el territorio en un centro global de juegos a nivel internacional y expandió su economía de manera fenomenal", explica Steve Tsang, director del SOAS China Institute en Londres.

"Macao, que era anteriormente un primo pobre de Hong Kong en términos económicos, ahora disfruta de un PIB per cápita sustancialmente más alto que Hong Kong.

"Casi la mitad de la población actual en Macao emigró de China. Así que desde la perspectiva del gobierno chino se puede ver que Macao es un un buen ejemplo del modelo un solo país, dos sistemas".

¿Se han propagado las protestas de Hong Kong en Macao?

Hong Kong ahora cumple su sexto mes de protestas, mientras Macao ha permanecido en silencio.

"Esta disidencia no existe en Macao", le dice a la BBC Jason Chao, activista y expresidente de la Asociación Nueva Macao, un partido prodemocracia.

"Una gran diferencia entre Hong Kong y Macao es el deseo de autonomía. La gente en Hong Kong necesita autonomía, libertad y derechos y están luchando por ello. Esto no aplica para Macao (donde) la mayoría de la población es pro China".

"Tienen una vida muy cómoda. Esto hace que el activismo prodemocrático y de derechos humanos sea muy difícil en Macao".

El activista prodemocracia dice que algunas personas protestan contra el gobierno de Macao, pero pidiendo que Pekín intervenga para solucionar los problemas.

Ha habido varios casos de gente que ha intentado manifestar para expresar su apoyo a Hong Kong.

En agosto, el gobierno cerró una plaza para evitar que los manifestantes protestaran.

Un mes después, el Tribunal Superior de Macao rechazó una solicitud de los manifestantes para realizar un mitin.

Pero Chao remarca que "la gran mayoría en Macao no apoya las protestas en Hong Kong ni simpatiza con su gente".

¿Qué se espera del futuro de Macao?

La semana pasada, Li Zhanshu, jefe de la Asamblea Popular Nacional de China, dijo que la gente en Macao tiene un fuerte sentido de identidad nacional.

También elogió a Macao por contar con "patriotas" en el gobierno y promulgar el Artículo 23, una ley de seguridad nacional que prohíbe la "traición, la secesión y la subversión" contra el gobierno central.

Cuando el gobierno de Hong Kong intentó introducir la misma ley en 2003, medio millón de personas salieron a las calles, obligando al gobierno a abandonar los planes.

Steve Tsang, director del SOAS China Institute en Londres, afirma que, a diferencia de Hong Kong, no hay movimientos serios en Macao que exijan democracia, y tampoco hay "medios libres ni agresivos".

"Macao no es un problema para China. Básicamente está haciendo lo que el gobierno chino quiere que se haga".


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