Michelle Bolsonaro -la próxima primera dama de Brasil- no acostumbra a pararse ante las cámaras. Es una persona discreta.

De hecho, cuando su esposo, el exmilitar ultraderechista Jair Bolsonaro decidió lanzar su candidatura a la presidencia de Brasil, ella optó por cerrar sus cuentas en redes sociales.

Para ese entonces ya los medios comenzaban a querer hablar con ella, sobre todo teniendo en cuenta la polémica de la que ha sido centro Bolsonaro por sus comentarios misóginos, racistas y homofóbicos.

La victoria de su esposo, elegido este domingo como el nuevo presidente de Brasil con más del 55% de los votos, la ha hecho inevitable coprotagonista de la actualidad política de Brasil.

Y sin embargo, el perfil bajo que ha mantenido hace que no sea fácil responder la pregunta de quién es Michelle Bolsonaro.

Escasas apariciones

Michelle de Paula, de 35 años, conoció a Jair Bolsonaro en 2007, cuando ella trabajaba en el Congreso de Brasil como secretaria parlamentaria y él era diputado.

Poco después, el ahora presidente electo la contrató como asesora en su gabinete personal en un puesto que le supuso, según publicó la prensa brasileña, casi triplicar su salario.

Y la joven estuvo en ese cargo un año y dos meses, hasta que el Supremo Tribunal Federal estableció que la Constitución de 1988 prohíbe el nepotismo en la administración pública.

La pareja se casó al poco tiempo de conocerse.

"Fue rápido. Nos conocimos, nos enamoramos y nos casamos a los cinco meses", dijo este domingo a la televisora local Record TV, en su primera entrevista para la televisión.

En el momento en que se casaron, ella ya tenía una hija (que ahora tiene 16 años) y con Bolsonaro tuvo otra, ahora de 7.

En 2013, la pareja, que se llevan 25 años de diferencia, también celebró una boda religiosa: ella es evangélica, él es católico.

"Un llamado"

Nacida en Ceilandia, un zona pobre del Distrito Federal de Brasil, lo que más destaca de ella, al menos de cara al público, es que es discreta.

Sus apariciones en mítines y actos de campaña fueron escasas, siempre estuvo acompañada de su marido.

A pesar de lo poco que se la vio durante la campaña electoral, se dice que participó activamente tras bastidores. El diario brasileño Folha de Sao Paulo asegura que a ella se acercaban los políticos para contactar a Bolsonaro.

La que a partir del 1º de enero será primera dama es una miembro activa de la Iglesia Bautista Atitude, donde colabora fundamentalmente educando niños con deficiencias auditivas

Michelle aprendió el lenguaje de señas y desde que su esposo se lanzó como candidato a la presidencia prometió que una de sus principales tareas sería realizar "todas los trabajos sociales posibles" para ayudar a los brasileños con deficiencias, especialmente los sordos.

"Es un llamado que yo tengo. Tengo mucho amor por esa comunidad", aseguró.

En algunos actos de campaña se la vio traduciendo parcialmente los discursos de su marido.

Michelle Bolsonaro describe a su marido como un hombre "cariñoso" y "servicial" que "desde el inicio siempre priorizó la familia".

"Jair Bolsonaro es humano, se preocupa por las personas, es un ser maravilloso, quien convive con él sabe que es así", dijo en un video en redes sociales.

Sin embargo, Michelle dice que su esposo ha sido "mal interpretado" y que "duele" ver como es "atacado" por los que no lo apoyan.

Para muchos, su apariencia tímida y calmada contrasta fuertemente con la de su esposo, cuya llegada al poder es vista por algunos expertos como una amenaza para la democracia brasileña.

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