Más de 300 niñas fueron secuestradas este viernes en una escuela en Jangebe, en el noroeste de Nigeria.

Es el último secuestro masivo en escuelas, un hecho cada vez más habitual y por el que las bandas armadas piden rescate.

El presidente, Muhammadu Buhari, condenó el secuestro y lo calificó como "inhumano y totalmente inaceptable".

"Este gobierno no sucumbirá al chantaje de bandidos que eligen a escolares inocentes para lograr grandes sumas en rescate", dijo en un comunicado.

Buhari dijo que el objetivo es que las niñas regresen vivas y sin daños, y señaló que aunque las autoridades podrían emplear fuerza letal contra los secuestradores, hay temor de que las niñas sean usadas como escudos humanos.

Al menos 42 personas, entre ellas 27 estudiantes, fueron secuestradas la pasada semana y aún no fueron liberadas.

El secuestro en 2014 de 276 niñas escolares por los militantes islamistas de Boko Haram atrajo la atención mundial a los ataques a las escuelas en Nigeria, pero se sospecha que los más recientes fueron cometidos por bandas criminales.

Este viernes, según dijeron los testigos al servicio Hausa de la BBC, unos 100 hombres armados entraron a la escuela.

Un profesor dijo a la BBC que de los 421 estudiantes que había en la escuela en ese momento, sólo quedaron 55.

Ningún grupo reclamó la responsabilidad del ataque.

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