En los tiempos oscuros de la "ley seca" Chicago estaba dividido en dos: las bandas de George 'Bugs' Morán y Al Capone se disputaban a base de tiros, secuestros y amenazas el mercado ilegal del alcohol.

Se dice que por aquel entonces el ruido de las balas era la banda sonora de las noches de la ciudad.

Ahora, aunque han pasado los años y los grandes padrinos ya no son los dueños de sus barrios, todavía los disparos siguen siendo uno de los sonidos característicos de la tercera ciudad más grande EE.UU.

Solo el pasado fin de semana, 10 personas murieron y otras 60, incluidos 10 menores de edad, resultaron heridas en tiroteos allí, un número superior a los 3 muertos y 43 lesionados que se reportaron en igual semana en 2019.

Y es que la situación con la violencia por armas de fuego en esa ciudad es ya tan tradicional que las estadísticas generalmente se comparan con lo que pasó el año anterior o con el otro o una década antes para dar una idea de cuán mejor o peor andan las cosas.

Según datos del Departamento de Policía, cerca de 350 personas han sido asesinadas en Chicago en lo que va de 2020. El año pasado fueron 492 homicidios y 567 en 2018.

Son cifras que generalmente tienden al aumento en los meses de verano, cuando más personas salen a las calles y se realizan más actividades al aire libre, según explica a BBC Mundo el doctor Gary Slutkin, director de Cure Violence, una organización que busca estudiar y prevenir la violencia al considerarla una "epidemia".

Como consecuencia, durante estos meses, las agrupaciones como Cure Violence, la policía y otras entidades locales refuerzan sus trabajos para evitar el aumento de balaceras en la ciudad.

Sin embargo, este verano ha ocurrido un inesperado giro: el presidente Donald Trump anunció el miércoles el envío de tropas federales a Chicago, pese a la condena y oposición de autoridades locales, casi todas demócratas.

La llamada "Operación Leyenda" busca el despliegue de efectivos a varias ciudades (gobernadas por demócratas) que, en criterio de la Casa Blanca, se han convertido en "nidos del crimen" y necesitan la "ley y el orden" que Trump ha prometido desde que comenzaron las protestas en el país por la muerte de George Floyd a manos de la policía.

De acuerdo con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, como parte de la estrategia el gobierno ya envió unos 200 agentes federales a Kansas y enviará un número semejante a Chicago y otros 35 a Albuquerque, Nuevo México.

¿Qué pasa en Chicago?

Aunque según las estadísticas, la violencia en la ciudad comienza generalmente a aumentar durante la primavera y alcanza su clímax en el verano, este año, producto de la cuarentena por el coronavirus, Chicago experimentó una relativa calma hasta mayo.

Sin embargo, para finales de ese mes, los tiroteos otra vez aumentaron y la ciudad rompió el 31 mayo un récord de homicidios para un día que databa de 1990.

Con el feriado por el Día de la Independencia se registraron 15 muertos y casi 80 heridos de bala en un fin de semana (muchos de ellos menores de edad) y para junio, Chicago había igualado su ritmo de homicidios de 2016, un año que terminó con más de 760 asesinatos.

A inicios de esta semana, 14 personas fueron baleadas mientras asistían a un funeral y, según el diario Chicago Sun-Times, en lo que va de año los homicidios han aumentado 34% respecto a igual periodo 2019.

"Chicago está viviendo nuevamente un despunte notable de violencia, pero no solo está pasando allí, también en otras ciudades de EE.UU. si lo comparamos con el año anterior o 2018", afirma Slutkin.

Un reporte del Council on Criminal Justice indica que las tasas de homicidios cayeron en 39 de las 64 ciudades principales de EE.UU. durante la cuarentena de abril, pero comenzaron a crecer de forma abrupta en mayo.

¿A qué se debe la violencia en Chicago?

De acuerdo con datos de la Superintendencia de Policía, actualmente hay más de 117.000 miembros de grupos criminales en Chicago, divididos en 55 pandillas principales, 747 facciones y 2.500 subconjuntos.

Las autoridades aseguran que cada día se producen "cientos" de conflictos entre miembros de pandillas que en algunos casos terminan en tiroteos.

En lo que va de año, según datos oficiales, se han incautado más de 5.100 armas ilegales en la ciudad, cuya posesión las autoridades locales consideran el principal motivo de violencia allí.

"Demasiadas personas han sufrido. Demasiadas han asistido a funerales e intentaron iniciar el proceso de sanación de comunidades enteras luego de otra tragedia sin sentido. Cuando una persona toma un arma, sufrimos como ciudad", escribió esta semana en Twitter la alcaldesa Lori Lightfoot.

La Casa Blanca, por su parte, ha cuestionado a Lightfoot y al resto de las autoridades demócratas de tener "mano blanda" y no ser capaces de contener la violencia.

¿Cómo ha influido la pandemia?

Para analistas como Slutkin la situación de la violencia actualmente en Chicago y en otras ciudades responde también a una serie de factores sociales que se han agravado con la actual crisis por el coronavirus.

"Lo que vemos en EE.UU. en este momento es la agrupación de un gran número de epidemias. La del covid, la de violencia en las calles, la que se genera en los hogares, una epidemia de desinformación, la policial y la que también han generado algunos grupos en las protestas de los últimos meses", considera.

Según la ONG Foro de Investigación Ejecutiva de la Policía, uno de los elementos detrás de la violencia es el desempleo, que ha afectado a casi 50 millones de personas desde que comenzó la pandemia en todo Estados Unidos.

En Chicago, según estimaciones de iglesias locales que trabajan en las comunidades, cerca del 35% de las personas de algunos barrios que ahora se han visto afectadas por el aumento de actos violentos también se vieron golpeadas por el desempleo.

Medios de EE.UU. también señalan que las protestas contra la violencia policial no solo han hecho que muchas personas se limiten a llamar a los agentes ante situaciones de peligro, sino que los propios oficiales se han mostrado reticentes a cumplir sus funciones.

Según CBS News, el sindicato de policía de Chicago recientemente alentó a los efectivos a través de un mensaje de texto para que no se ofrecieran como voluntarios para hacer horas extra, que limitaran los arrestos y que pidieran días por enfermedad como medida de presión.

¿Qué es la Operación Leyenda?

Desde el año pasado, Trump había prometido en varias ocasiones intervenir en Chicago para "controlar la violencia" y tuiteó que el entonces alcalde debía pedir ayuda al gobierno federal si no podía hacerlo por sí solo.

Ahora, a menos de 100 días de elecciones y tras presentarse como el presidente de "la ley y el orden", el mandatario anunció el inicio del despliegue de tropas federales a otras ciudades, una decisión ya había sido cuestionada por las escenas de violencia que se han registrado en Portland desde la pasada semana.

Según anunció el Departamento de Justicia, la operación, que toma el nombre de LeGend Taliferro, un niño que murió de un disparo mientras dormía en Kansas City, estará integrada por agentes del FBI, el Servicio de Alguaciles y otras agencias federales que trabajarán con la policía local.

No está claro de momento cuáles serán sus funciones, pues el fiscal general solo indicó que se involucrarían en la "lucha clásica contra el crimen".

Las autoridades locales y organizaciones sociales que luchan contra la violencia temen que su presencia pueda incentivar más actos violentos o abusos de poder por parte de los agentes.

"De momento no sabemos qué van a hacer las tropas federales, por lo que no podemos predecir su impacto. Pero si vinieran a hacer lo mismo que están haciendo en Portland, puede empeorar la situación", opina Slutkin.

¿Por qué es polémica la operación?

La autoridades de Portland, Chicago y las otras ciudades donde Trump anunció el despliegue de tropas calificaron de "teatro electoral" la decisión y han cuestionado su legitimidad.

Y es que generalmente en EE.UU. el envío de tropas federales solo se realiza mediante la solicitud de las autoridades locales a Washington, aunque tras la muerte de Floyd, Trump firmó una orden Ejecutiva para hacerlo sin ese consentimiento y amenazó con apelar a una vieja "Ley de Insurrección" que le da derecho a enviar tropas a los estados.

La oposición de las autoridades locales (que en algunos casos han sido incluso rociadas con gases lacrimógenos, como le sucedió la noche del jueves al alcalde de Portland) ha generado una situación que la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles calificó de "crisis constitucional".

De acuerdo con la corresponsal de la BBC en Washington Tara McKelvey, tradicionalmente durante las campañas electorales se vuelven populares los programas de lucha contra el crimen como estos, aunque, en su criterio, esta iniciativa parece dirigirse más a los partidarios conservadores de Trump que viven en zonas rurales que a los que viven en áreas urbanas.

Slutkin, por su parte, considera que si bien "nadie dudaría que se trata de una estrategia electoral", sus resultados pueden no ser los que promete.

"Dudo que haya una historial de tropas federales en las ciudades que hayan demostrado ser útiles para combatir la violencia. Quizás lo hayan sido en episodios de un día, pero a la larga puede resultar peligroso, contraproducente y provocador y aumentar la violencia en lugar de combatirla", considera.

"Creo que si algo hemos aprendido con el covid-19 es que la violencia también se comporta como cualquier enfermedad infecciosa: un acto violento lleva otro, a otro y a otro hasta que se destruye una comunidad", agrega.

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