En el último Congreso del Partido Comunista Chino que tuvo lugar a finales de octubre se analizó cada detalle, incluido el proverbio con el que el líder Xi Jinping terminó su discurso.

También se dijo que los cinco nuevos miembros del Comité Permanente del Politburó eran tecnócratas del partido y ninguno de ellos joven, lo cual se interpretó como una señal de que Xi no piensa retirarse pronto.

Pero entre ese grupo de nuevos líderes una figura sobresale sobre todas las demás: Wang Huning, un personaje no muy conocido fuera de China que ha sido calificado como el verdadero cerebro tras el poder del actual líder, Xi Jinping.

Tal ha sido su influencia que se le ha atribuido no solo eso, sino el haber sido el cerebro tras los lemas ideológicos de los últimos tres líderes de China, desde la "triple representatividad" de Jiang Zemin a la "perspectiva científica del desarrollo" de Hu Jintao, pasando por el actual "sueño chino" de Xi Jinping, tal y como explica en un artículo para el Servicio Chino de la BBC Yi Wang.

Yi, profesor de Estudios Chinos de la Universidad de Griffith (Australia) y coautor de "The Hidden Ruler: Wang Huning and the making of contemporary China" (El líder en la sombra: Wang Huning y la construcción de la China contemporánea) califica la influencia de este inusual tecnócrata como "sutil y extensa".

Su progresión se ha basado en "la fuerza de sus ideas y la persuasión, en lugar de la fuera bruta y el poder crudo", dice Wang.

Sus escritos sobre soberanía, el sistema político chino y contra la corrupción son cruciales para entender la China actual, como han explicado diversos analistas y periodistas.

¿Quién es?

A pesar de la opacidad que suele rodear a los dirigentes comunistas chinos, sobre Wang se sabe bastante, al menos sobre su carrera académica previa a empezar a escalar en la burocracia china.

Wang nació en 1955 en Shanghái y se unió al Partido Comunista de China en 1984.

Su mala salud lo mantuvo alejado del maoísmo durante la Revolución Cultural, que llegó a calificar como una catástrofe "sin precedentes", asegura Jude Blanchette, miembro del centro de investigaciones The Conference Board, con sede en Pekín, y autor de un libro de próxima publicación sobre el Partido Comunista de China.

Estudió francés como parte de la Clase de Entrenamiento de Cuadros de la Universidad Normal de Shanghái y en 1978 estuvo entre los primeros participantes de un nuevo examen de entrada a la universidad.

Lo hizo tan bien que logró ser aceptado directamente al programa de maestría de política internacional de la Universidad de Fudan, sin necesidad de graduarse antes.

En esta universidad hizo su tesis sobre el desarrollo del concepto de soberanía y allí se convirtió en un popular y precoz profesor e investigador prolífico sobre temas de ciencia política y filosofía política.

A finales de 1980 ganó una beca para pasar seis meses como profesor invitado en universidades de Estados Unidos, la cual aprovechó para visitar decenas de ciudades y centros educativos del país.

A partir de sus notas y experiencias en ese viaje escribió su libro "America against America" (Estados Unidos contra Estados Unidos), en el que explora "las contradicciones que vio en la sociedad estadounidense", asegura Yi en otro artículo para el diario estadounidense The Washington Post.

En ese libro, el actual miembro del Politburó compara el Estados Unidos que él conoció con la imagen idealizada que muchos tenían de este país, y pone de manifiesto las desigualdades, así como el control "antidemocrático" que según él ejercen los poderosos grupos de interés dentro de los sistemas capitalistas.

El "nuevo autoritarismo"

Wang se convirtió en un defensor de la autoridad del gobierno central, una línea que fue denominada por los comentaristas chinos de los ochenta y noventa como "nuevo autoritarismo", una etiqueta que él mismo rechazó, pero que hizo que su pensamiento llamara la atención de importantes líderes políticos chinos.

Wang estaba preocupado por cómo las políticas liberalizadoras de Den Xiaoping (líder entre 1978 y 1989) estaban debilitando el control que Pekín tenía sobre territorios lejanos en el país.

Según escribe Blanchette en su blog, desde la muerte de Mao Zedong en 1976 y el ascenso de Deng Xiaoping en 1978, la importancia de las autoridades locales en China había ido en aumento a medida que también se desmantelaba el control planificado de la economía.

Wang reflexionaba sobre una cuestión fundamental para el Partido Comunista Chino, según Blanchette: "Cómo equilibrar el aperturismo de ideas, bienes y personas con el requisito de control político necesario para asegurar la estabilidad y, aún más importante, el monopolio del poder del Partido Comunista".

En esencia, su doctrina establecía que la estabilidad política era necesaria para el desarrollo económico, y que otras cuestiones como la democracia y la libertad individual solo debían aparecer posteriormente.

En sus escritos también alerta contra querer insertar la democracia de estilo occidental en China y enfatiza la importancia de un liderazgo central para las necesarias reformas.

"El pensamiento del señor Wang ayudó a convencer a los líderes que debían recentralizar el poder y ejercerlo con más fuerza", escribe sobre él el semanario británico The Economist.

El semanario también destaca que a principios de 1990, Wang Huning analizó en profundidad las consecuencias políticas de la corrupción, alertando de que China podría seguir el camino de la Unión Soviética si no actuaba contra ella.

Contra la corrupción

La lucha contra la corrupción se ha convertido, de hecho, en uno de los pilares de la política de Xi Jinping.

En 2002, Wang se convirtió en el director de la Oficina Central de Investigación Política, el centro de análisis del Partido Comunista, y fue nombrado miembro del Comité Central.

Tras la llegada al poder de Hu Jintao, entre 2002 y 2012, siguió sirviendo al nuevo liderazgo y "se acercó un paso más al santuario del poder cuando se convirtió en miembro del Secretariado Central del Partido", explica el profesor Yi Wang.

De nuevo, con el nombramiento de Xi Jinping, Wang Huning logró no solo mantenerse a salvo de las purgas, sino ser de nuevo ascendido, entrando en el Politburó, el centro del poder del partido.

Huning es un acompañante habitual de los viajes al exterior de Jinping pero, a pesar de su conocimiento de Estados Unidos, su visión del mundo es de división entre "valores y culturas fundamentalmente diferentes", destaca The Economist.

Wang Huning dejó de publicar artículos a su nombre desde su entrada en política en 1995 y desde entonces ha querido mantenerse en la sombra.

Como escribe Yi Wang, su reto ahora es seguir pasando desapercibido en medio de tanta exposición pública.

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