Por AFP / T13

Este viernes se condenó a cadena perpetua a la pareja compuesta por David Turpin, de 57 años, y Louise Turpin, de 50; quienes se declararon culpables de 14 cargos criminales, entre los cuales hubo abusos y torturas contra 12 de sus 13 hijos.

El juez Bernard J. Schwartz pronunció la sentencia durante un audiencia realizada en una corte del condado de Riverside, en California, a la que asistieron dos de sus hijos biológicos.

En el marco del caso conocido como "casa del horror", los Turpin fueron imputados, cada uno, con 14 cargos de tortura, confinamiento y abuso sexual contra sus hijos; a quienes golpearon y estrangularon.

De igual manera, y conforme avanzó la investigación, se conoció que los mantuvieron desnutridos, solo les permitían ducharse una vez al año y jamás los llevaron a un médico.

"Este es uno de los más graves, de los peores casos de maltrato infantil que he visto en mi carrera", señaló, en su momento, el fiscal del condado, Michael Hestrin, en una rueda de prensa en la que anunció la decisión de los acusados de declararse culpables.

El destape de los hechos

La familia vivía en una casa acomodada en la ciudad de Perris, condado de Riverside, al sureste de Los Ángeles.

Jordan Turpin, entonces con 17 años, escapó por una ventana y con un celular desactivado pudo llamar a los servicios de emergencia. La operación la planificó por dos años.

En la llamada, indicó que sus dos hermanas más pequeñas "estaban encadenadas a sus camas" por violar las reglas de la casa al tomar caramelos de la cocina sin permiso.

"A veces mis hermanas se despiertan y comienzan a llorar" por el dolor. "Llamo para que ayuden a mis hermanas", dijo entonces la joven que declaró tener una educación equivalente al primer grado y mostró problemas incluso para deletrear su apellido.

Leyendo de un sobre, no podía distinguir entre el número de la casa y el código postal de su residencia.

El oficial del sheriff Manuel Campos, que respondió al llamado de emergencia, declaró ante la corte en enero que la joven, que sonaba y parecía más una niña, tenía los cabellos y la piel muy sucios y que le admitió que estaba "muerta de miedo".

Según la fiscalía, todos los niños fueron sometidos a un "abuso prolongado" y al rescatarlos fueron hospitalizados y puestos en tratamiento físico y psicológico.

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