¿Cómo es que Omar Mateen, el autor de la masacre de Orlando, un hombre al que el FBI había investigado en dos ocasiones y sobre el que pendían acusaciones de violencia doméstica, tenía licencia para portar armas?

¿Y cómo con esos antecedentes pudo haber comprado armas por la vía legal, incluido posiblemente el fusil AR-15 que utilizaría después en el ataque?

Las preguntas siguen sin respuesta y no hacen más que aumentar la indignación ante uno de los tiroteos masivos más sangrientos de la historia reciente de EE.UU.

"(Mateen) había estado en el radar del FBI", reconoció a la prensa Ronald Hopper, agente especial del Buró Federal de Investigaciones, el mismo día del incidente.

Pero este estadounidense de 29 años y de padres afganos no sólo había estado en la mira de la oficina de investigación criminal del Departamento de Justicia de EE.UU., sino que llegó a ser investigado a fondo.

Investigado por el FBI

"El FBI supo en principio de Mateen en 2013, cuando hizo comentarios provocadores a colegas alegando presuntos vínculos terroristas", dijo Hopper a los reporteros.

"La oficina investigó el asunto con cuidado, llevó a cabo entrevistas con testigos, lo vigiló y revisó su historial criminal", explicó el agente.

A lo que añadió que durante la investigación Mateen fue interrogado dos veces.

"Al final no pudimos verificar el fondo de sus comentarios y la investigación fue cerrada".

Lo mismo ocurrió con una segunda indagación, que el FBI llevó a cabo un año después.

En aquella ocasión Mateen fue entrevistado por agentes que investigaban sus posibles lazos con Moner Mohammad Abusalha, otro ciudadano de Florida que en su día se unió al grupo autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria.

Sin embargo, el Buró determinó que el contacto entre ambos era "mínimo", que "no constituía una relación sustancial o una amenaza en ese momento", explicó Hopper.

Aunque ahora, tras el reporte de que Mateen había llamado al servicio de emergencia 991 antes del ataque y había declarado su lealtad a EI, el FBI indaga si existe alguna conexión entre el grupo yihadista y lo ocurrido en Orlando.

Acusaciones de violencia doméstica

Pero esta posible relación es lo único que ensombrece la figura de Mateen.

Sobre él penden también acusaciones de violencia doméstica.

Sitora Yusufiy, su exesposa, dijo a la prensa este domingo que Mateen la golpeó en varias ocasiones durante su matrimonio, entre abril de 2009 y 2011, y que era un hombre "emocionalmente inestable".

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"Era un enfermo mental. Esa es la única explicación que puedo dar y estaba evidente perturbado", dijo, además de relatar que fue "literalmente rescatada" de la casa que compartía con él.

A pesar de ese perfil presuntamente violento, Mateen trabajaba en seguridad.

En concreto, era desde 2007 empleado de la empresa G4S, una multinacional que provee de sus servicios a más de 20 centros de detención juvenil en Florida.

Y los comentarios sobre cómo era Mateen en el trabajo resuenan a los de su exesposa.

Así lo recuerda al menos Daniel Gilroy, quien fuera su compañero en un centro de detención cercano a su casa de Fort Pierce, a dos horas en coche de Orlando.

"Estaba desquiciado y era inestable", le dijo al diario local Florida Today.

"Hablaba de matar a gente".

 

Gilroy asegura que se quejó ante G4S sobre el extraño comportamiento- "muchas veces intolerante"- de Mateen, pero que fue en vano.

 

Tras el ataque, la empresa se mostró "profundamente conmocionada por la tragedia" y justificó la contratación de Mateen a través de un comunicado.

"Confirmamos que Omar Mateen había sido empleado de G4S desde el 10 de septiembre de 2007, pero no estaba de servicio en el momento del incidente", reza el texto.

"Mateen fue sometido a una investigación antes de ser contratado en 2007 y sus antecedentes fueron verificados, pero la indagación no reveló nada de lo que preocuparse", sigue.

"En 2013 supimos que Mateen había sido interrogado por el FBI y también que la investigación había sido cerrada. No fuimos advertidos de la presunta relación entre Mateen y actividades terroristas".

Así que Mateen continuó con su trabajo y siguió poseyendo un permiso para portar armas.

Permiso para portar armas

Su licencia, la D2723758, no expiraría hasta el 14 de septiembre de 2017, tal como se puede consultar en la página del Departamento de Agricultura y Servicios del Consumidor de Florida, el estado con el mayor porcentaje de civiles armados de todo EE.UU.

Según los últimos datos de Gunpolicy.org, una página web especializada en el tema, en el 51,2% de los hogares de Florida hay al menos un arma de fuego.

Solo el año pasado vendió armas a 885.000 particulares, según informó el gobierno estatal; a 109.000 más que el año anterior.

 

El derecho a portar armas lo otorga la Segunda Enmienda de la Constitución de ese país, aprobada el 15 de diciembre de 1791.

 

Como consecuencia, GunPolicy.org y otras organizaciones que informan sobre armas de fuego y las políticas relacionadas con ellas estiman que en ese país de más de 316 millones de personas hay hasta 270 millones de armas en manos de civiles.

El Acta Nacional de Armas regula esa tenencia.

Pero además de esta ley federal, cada uno de los 50 estados tiene su propia legislación sobre la venta, compra, portación y uso de armas.

Según GunPolicy.org, la de Florida se clasifica como "permisiva".

Fue aprobada en 1987 y reformada en julio de 2012, cuando se facilitó la compra de armamento, reduciendo los costos del trámite y minimizando el papeleo para obtener el permiso especial para poder portarlo oculto.

Así, aunque los civiles del estado no tienen permitido tener metralletas, a menos que sean fabricadas antes del 19 de mayo de 1986, y salvo excepciones no pueden poseer armas automáticas de asalto, sí pueden comprar armas semiautomáticas sin licencia.

De la misma forma pueden adquirir y portar revólveres y pistolas, armas de asalto, fusiles de calibre 0,50 y cartuchos de gran capacidad.

Para practicar el tiro al blanco de vez en cuando no se necesita ningún permiso adicional, pero si se quiere portar un arma encima todo el tiempo hay que solicitar una licencia especial.

Para lograrla hay que presentar una justificación, que puede abarcar desde que el usuario teme por su vida hasta que su profesión le obliga a transportar dinero o documentos importantes.

Rifle AR-15

Mateen, por su trabajo en seguridad, tendría esa licencia.

Gracias a ella habría adquirido el rifle AR-15, la pistola de mano y "un número desconocido de cargas" que según el jefe de policía John Mina portaba en el momento del ataque al club nocturno Pulse.

El AR-15 fue el arma que se utilizó para matar a niños de primer grado en el colegio Sandy Hook, en Connecticut, en 2012; a los fans de Batman un cine de Colorado en diciembre de ese mismo año y a los empleados del condado en una fiesta en San Bernardino en diciembre de 2015.

 

Además, según la Procuraduría General de la República de México (la fiscalía federal), ese rifle es junto al AK-47 el arma favorita de los cárteles de droga.

 

Que un arma con un registro tan sangriento terminara en manos de Mateen es algo que muchos siguen sin entender.

William R. Keating, político del Partido Demócrata y representante por Massachusetts en el Congreso es uno de ellos.

"¿Cómo puede alguien con su historial, después de haber sido interrogado por el FBI por posibles vínculos terroristas en tres ocasiones y con acusaciones de violencia doméstica por parte de su exesposa, tener un arma de asalto?", pregunta.

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