Los esfuerzos diplomáticos se redoblaban este jueves para intentar poner fin a la escalada bélica entre Israel y Hamás, en el poder en la Franja de Gaza, tras una nueva noche de bombardeos.

Luego del llamado del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a favor de una "desescalada" inmediata, el jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas, llegó el jueves a la región y está prevista una reunión de la Asamblea General de la ONU para esta tarde.

El ministro alemán expresó la "solidaridad" de su país con Israel, pero también aseguró su apoyo a "los esfuerzos internacionales a favor de un alto el fuego". Maas, el más alto responsable europeo en desplazarse a la región desde el inicio de la escalada el 10 de mayo, se reunirá por la tarde en Ramala, en Cisjordania ocupada, con el presidente palestino Mahmud Abas.

La canciller alemana, Angela Merkel, apoyó el jueves mantener "contactos indirectos" con Hamás, considerado un grupo "terrorista" por la Unión Europea (UE), indispensables según ella para lograr un alto el fuego con Israel.

Egipto, país limítrofe con Israel y la Franja de Gaza, también realiza intensas negociaciones para lograr restablecer una frágil tregua. "Esperamos un regreso a la calma en las próximas horas o mañana (viernes), pero esto depende del cese de la agresión de las fuerzas de ocupación en Gaza y Jerusalén", afirmó a la AFP un alto responsable de Hamás.

"Pero no hay nada definitivo por el momento", añadió. El enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, está en Catar, donde tiene que reunirse con el jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, informaron fuentes diplomáticas a la AFP.

Y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU anunció que celebrará el 27 de mayo una reunión especial sobre la situación en los Territorios Palestinos. Este ciclo de violencia estalló el 10 de mayo por el lanzamiento de una andanada de cohetes de Hamás contra Israel en "solidaridad" con los cientos de manifestantes palestinos heridos en enfrentamientos con la policía en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este.

Los altercados se originaron por la amenaza de expulsión de familias palestinas a favor de colonos israelíes en un barrio palestino de Jerusalén Este, ocupado por Israel durante más de 50 años. Desde hace 10 días, el ejército israelí bombardea sin cese Gaza, un enclave densamente poblado de dos millones de habitantes y sometido a un bloqueo israelí desde hace casi 15 años.

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