Se dijeron muchas cosas en el tercer y último debate de los candidatos a la presidencia estadounidense, pero lo que destacó en el irascible encuentro fue la negativa de Donald Trump a aceptar que reconocerá el resultado de las elecciones del 8 de noviembre.

"Lo miraré en su momento", declaró el candidato republicano. "Los mantendré en suspenso".

Su opositora, Hillary Clinton, calificó la declaración de "horrorosa".

"Está denigrando y está tratando con altivez a nuestra democracia", declaró la candidata demócrata. "Y yo, por mi parte, estoy consternada de que alguien que es el candidato de uno de los dos grandes partidos tome esta posición".

Tal como lo recordó Hillary Clinton durante el debate en Las Vegas, no es la primera vez que, cuando las cosas no van bien para el candidato presidencial republicano, éste sugiere que hay un "amaño".

"Cada vez que Donald piensa que las cosas no van como él quiere, asegura las cosas están amañadas en su contra", dijo Clinton.

"El FBI condujo una larga investigación sobre mis emails. Concluyó que no había un caso legal. Él dijo que el FBI estaba amañado", declaró Clinton.

"Perdió el caucus de Iowa. Perdió las primarias de Wisconsin. Dijo que (el proceso de) las primarias republicanas estaban amañadas".

Y Clinton agregó: "Incluso hubo un momento en que no ganó un Emmy por su programa de TV durante tres años consecutivos. Y empezó a tuitear que los Emmys estaban amañados en su contra".

Estupefactos

Esta vez, sin embargo, las declaraciones de Trump han dejado a muchos estupefactos porque tocan un tema sumamente sensible para los estadounidenses:su democracia.

Y ya que las afirmaciones surgen cuando está perdiendo en los sondeos, muchos se preguntan si éstas plantean la posibilidad de una agitación políticadespués del 8 de noviembre.

El comentarista político Bob Sheiffer le dijo a la cadena CBS que las declaraciones de Trump eran "peligrosas".

"Esta no es la forma como hacemos las cosas en Estados Unidos de América", agregó Schieffer.

"Hablar de esa forma es peligroso porque amenaza y plantea preguntas sobre los mismos fundamentos en los que está basada esta nación".

"En este país tenemos transferencias de poder pacíficas y sugerir, de alguna forma, que no va a ocurrir así... ¿De qué está hablando?".

Muchos observadores están perplejos porque nunca antes el país se ha enfrentado a una situación semejante: a la posibilidad de que, en más de 200 años de democracia, ocurra una transición no pacífica de poder.

"Es una traición fundamental a lo que es este país, que incluye una transferencia pacífica de poder en las elecciones", le dijo a la BBC Celinda Lake, estratega política demócrata.

"Es aberrante e inimaginable. Es una declaración totalmente desconocida (para nosotros)".

Sin precedentes

Y como la posibilidad de una transferencia de poder "difícil" no tiene precedentes en el país, muchos se preguntan ¿qué es lo que está planeando Trump?

"Esto algo sumamente inusual. Plantea la cuestión de que hará si no acepta los resultados. Supongo que está hablando de presentar una demanda o algo similar.Espero que no esté hablando de planear un golpe", señala el comentarista Bob Scheiffer.

En efecto, no hay precedentes sobre lo que puede ocurrir si Trump decide no aceptar los resultados.

En la práctica, no hay ningún requisito legal que determine que Trump debaaceptarlos. Se trata de una tradición, una que siempre se ha seguido.

Así, los votos serán contados y verificados. El perdedor aceptará los resultados. Si no los acepta, en principio podría presentar una demanda para evitar que sean validados.

Pero Trump sólo puede presentar un desafío legal si la victoria electoral es por un estrecho margen en uno o dos estados clave.

Esto fue lo que ocurrió con Al Gore, el candidato demócrata que decidió impugnar las elecciones de 2000 en los tribunales de Florida.

El caso de Gore involucraba un resultado de pequeñísima mayoría y había ganado el voto popular en el estado.

Al final, decidió aceptar su pérdida en un poderoso discurso en el que habló de sus temores de que su desafío legal socavara la democracia de su país.

Así, si en estas elecciones el margen de una posible pérdida de Trump fuera mucho más amplio, no tendría recursos legales disponibles.

Daño

Pero tal como aseguran los expertos "el daño ya está hecho".

"Nunca hemos tenido un candidato presidencial que haya cuestionado la legitimidad de un resultado electoral nacional", le dijo a Politico Dan Senior, asesor de campaña de Mitt Romney, candidato presidencial republicano en 2012.

"Esto nos lleva a un mundo totalmente nuevo si el actual candidato presidencial cuestiona la legitimidad de este proceso, y el daño a nuestra democracia sería sustancial".

Pero hay otro escenario que también se está considerando: si Trump opta por no aceptar su pérdida y esto "agita" a sus simpatizantes y provoca una revuelta al rehusarse a aceptar la legitimidad de los resultados electorales.

Tal como asegura Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Estados Unidos, "algunos han descartado el comentario de Trump como una broma, otros dicen que simplemente se trata de que el candidato no quiere aceptar una derrota antes del día de las elecciones".

Las implicaciones de los comentarios de Trump, sin embargo, son "serias".

"Trump ha puesto en duda a la democracia estadounidense -dice Anthony Zurcher- y cuando se sacude a este árbol en particular, es imposible determinar quién resultará aplastado por las ramas que caen".

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