Giulano Costalunga era un sacerdote italiano de un pequeño poblado al norte de Verona, quien dejó el sacerdocio para casarse en abril pasado con su pareja, Paolo, en Gran Canaria, España.

La pareja se conoció en un hospital de Milán, cuando Costalunga se recuperaba de un cáncer. Posteriormente iniciaron una gran amistad, hasta que finalmente, el sacerdote comenzó a darse cuenta que se trataba de algo más.

“En cuanto entendí que lo amaba, dejé la parroquia”, contó el sacerdote a EFE, señalando que envió una carta al obispo de Verona, Giuseppe Zenti, solicitando la renuncia a su cargo para casarse con su novio.

El obispo de Verona no ve con buenos ojos esta relación, incluso lo ha catalogado como una "dolorosa situación de familia".

Debido a la discriminación que vivió el ex sacerdote con su pareja, abandonaron Italia y desde 2017, viven en una zona de la isla Gran Canaria de España, donde se hacen llamar Julián y Pablo.

Decidieron casarse ahí, -apoyados por sus amigos y familiares- debido a que en esa zona se reconoce el matrimonio homosexual, mientras que en Italia, solo hay unión civil.

“Después de 10 años, finalmente se ha realizado mi sueño. Me casé con Paolo, mi amigo y mi amor desde siempre. Amo a Dios y lo amo a él”, declaró Giulano, tras contraer nupcias con su pareja.

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