Por AFP

Miles de delegados del Congreso Nacional Africano (ANC), que dirige Sudáfrica desde 1994, retomaron el domingo por la noche la votación para elegir al sucesor de su controvertido presidente, Jacob Zuma, una elección crucial a dos años de los próximos comicios. 

Dos candidatos destacaron tras una campaña tensa y reñida: Cyril Ramaphosa, ex sindicalista convertido en un rico hombre de negocios, y la persona respaldada por Zuma, su ex mujer y ex presidenta de la Unión Africana (UA) Nkosazana Dlamini Zuma.

La votación había sido anunciada inicialmente para el domingo por la noche pero luego se pospuso al lunes. Sin embargo, al final, el partido decidió retomarla. 

"Pedimos disculpas [...]. La decisión fue anulada y la votación se celebrará ahora", indicó el ANC en un comunicado el domingo por la noche, sin aportar más explicaciones. 

Los miembros del ANC lograron solucionar todos los litigios que retrasaban la elección y fijaron una lista de 4.776 delegados -de los 5.200 previstos- autorizados a votar. 

El ganador de esta elección tendrá grandes posibilidades de convertirse en el próximo presidente del país en 2019, al término del segundo quinquenio de Jacob Zuma. 

Pero, como reconoció el propio presidente en la apertura del congreso del ANC el sábado, el partido del icónico Nelson Mandela ha perdido gran parte de su popularidad desde su amplia victoria en las primeras elecciones libres de la historia de Sudáfrica. 

"Frustración" 

Debilitado por la crisis económica y las acusaciones de corrupción contra Zuma, el partido dirigente sufrió un duro revés en las elecciones locales de 2016, en las que cedió a la oposición el control de ciudades tan importantes como Johannesburgo y Pretoria. 

Y muchos analistas vaticinan que perderá su mayoría absoluta en 2019. 

Ante las divisiones que amenazan su movimiento, Zuma hizo el sábado un llamamiento a la unidad. Los candidatos "han aceptado respetar los resultados (...) quiero que cada uno de ellos lo recuerde", insistió. 

"Nuestro pueblo está frustrado cuando perdemos el tiempo riñendo entre nosotros en lugar de resolver los retos cotidianos a los que se enfrenta", lamentó el presidente. 

Nada garantiza sin embargo que sus palabras surtan efecto, dada la rivalidad entre los partidarios de los dos favoritos. 

Respaldado por el ala moderada del partido y muy apreciado por los mercados financieros, Ramaphosa, de 65 años, ha prometido reactivar la economía y ha denunciado duramente la corrupción del clan Zuma. 

El sábado recibió un apoyo de peso, el de la presidenta del Parlamento, Baleka Mbete. 

"Marioneta" 

Frente a Ramaphosa, Nkosazana Dlamini Zuma, de 68 años, ha retomado el discurso de su exmarido sobre el reparto de la riqueza entre la mayoría negra, cuya mayoría sigue viviendo en la pobreza, un cuarto de siglo después del final del apartheid. 

Sus adversarios la acusan de ser una "marioneta" de su exmarido y de haberle prometido la inmunidad judicial por los escándalos en los que está implicado. 

"Es imposible hacer un pronóstico porque todo pende de un hilo", comentó a la AFP la analista Aubrey Matshiqi.

"Un resultado muy ajustado podría provocar una ruptura o, peor aún, bloquear la conferencia", añadió. "Lo cual sería un desastre para el ANC porque, en lugar de prepararse para las elecciones de 2019, estaría obligado a gestionar el impacto de semejante enfrentamiento", advirtió.

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