La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, llegó el martes a Kuala Lumpur, informó la prensa estatal de Indonesia, en la segunda escala de su gira asiática que provoca la furia de Pekín ante la posibilidad de que visite Taiwán.

El avión de Pelosi aterrizó el martes por la mañana en una base de la Fuerza Aérea de Malasia.

Nancy Pelosi se entrevistó con el presidente de la Dewan Rakyat, la Cámara de Representantes de Malasia, y luego se reunirá con el primer ministro, indicó  la agencia noticiosa estatal Bernama.

Después de Singapur y Malasia, su itinerario incluye escalas en Corea del Sur y Japón, pero la perspectiva de una visita a Taiwán sigue acaparando la atención. 

Pekín considera a Taiwán como parte de su territorio y advirtió que considerará una visita de Pelosi a la isla como una provocación.

Pero el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que Pelosi tiene derecho de realizar la visita.

"Tiene el derecho de visitar Taiwán", declaró Kirby a periodistas.

"No hay motivo para que Pekín convierta una posible visita, congruente con la política estadounidense de hace tiempo, en un tipo de crisis", añadió.

Kirby citó informes de inteligencia de que China prepararía posibles provocaciones militares que podrían incluir el disparo de misiles al Estrecho de Taiwán o incursiones a "gran escala" en el espacio aéreo taiwanés.

"Decidido a defenderse" 

Ante ello, el ministerio de Defensa de Taiwán aseguró el martes que el territorio está "decidido,capaz y confiado" en que podrá proteger a la isla de las crecientes amenazas de China.

"Estamos preparando meticulosamente varios planes y las tropas adecuadas serán desplegadas para responder, respetando las reglas de respuesta en situaciones de emergencia, a las amenazas del enemigo", indicó el ministerio taiwanés en un comunicado.

Kirby recordó que Pelosi viaja en un avión militar y que si bien Washington no teme un ataque directo, sí "eleva los riesgos de un error de cálculo".

Asimismo, reiteró que la política estadounidense no ha variado con respecto a Taiwán.

Ello implica apoyo al gobierno autónomo taiwanés al tiempo que reconoce a Pekín por encima de Taipéi y se opone a una declaración formal de independencia de parte de Taiwán o una toma forzosa de parte de China.

El gobierno taiwanés se ha mentenido cauteloso sobre la visita de Pelosi.

El primer ministro Su Tseng-chang no confirmó el martes la visita al ser consultado por periodistas, pero agradeció a Pelosi por su apoyo.

El diario taiwanés Liberty Times citó fuentes no identificadas según las cuales Pelosi llegaría a la isla en la noche del martes y que se reuniría al día siguiente con la presidenta Tsai Ing-wen.

Los 23 millones de habitantes de Taiwán viven con el temor de una invasión, los cuales se ha intensificado bajo el mando del presidente chino Xi Jinping.

La semana pasada, en una conversación con Biden, Xi advirtió a Estados Unidos de que no "jugara con fuego" en el asunto de Taiwán.

El lunes, el embajador chino en la ONU, Zhang Hun, calificó la visita de Pelosi como "muy peligrosa, muy provocadora", en declaraciones a periodistas.

"Si Estados Unidos insiste en hacer la visita (a Taiwán), China tomará medidas firmes y fuertes para salvaguardar nuestra soberanía e integridad territorial", afirmó.

Para respaldar su mensaje, el ejército chino difundió este lunes en Internet un video de tono marcial que muestra a soldados gritando que están listos para el combate, combatientes despegando, paracaidistas saltando de un avión o una lluvia de misiles que aniquilan varios objetivos.

El martes, la posibilidad de una visita inminente de Pelosi provocó una fuerte caída en las bolsas de Asia.

Pelosi sería, si se concreta su visita, la más alta funcionaria estadounidense en visitar Taiwán desde su predecesor Newt Gingrich en 1997.

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