AFP

Guinea será proclamada oficialmente este martes libre de ébola, dos años después de la muerte del primer caso en África del oeste, un niño de un año, y seis semanas después de la curación de su última paciente, otra bebé nacida con el virus.

La epidemia de Ébola, la más grave desde la identificación del virus en África central en 1976, ha dejado más de 11.300 muertos entre los 29.000 casos de contagio registrados, según la Organización Mundial de la Salud, que considera no obstante esta cifra subestimada.

Las víctimas se concentran en un 99% en tres países limítrofes: en Guinea, en Liberia, donde el fin de la epidemia se proclamó en mayo y septiembre antes de resurgir de nuevo el virus, y en Sierra Leona, declarada el 7 de noviembre libre de transmisiones.

Un representante de la OMS debe proclamar durante la mañana en una rueda de prensa en Conakry el fin de la epidemia en Guinea, que cuenta oficialmente con 2.536 muertos entre los 3.804 casos de contagio detectados.

"Es el mejor regalo de fin de año que dios podría ofrecer a Guinea", afirmó un superviviente, Alama Kambou Doré.

Otro, Alpha Sény Soumah, deseó que "esta epidemia sea un recuerdo lejano para permitir a Guinea desarrollarse gracias a las inversiones que huyeron del país".

El último paciente conocido es una niña llamada Noubia, que fue declarada sana el 16 de noviembre. La bebé porta el nombre de la enfermera que ayudó a su madre -fallecida por el virus- a dar a luz en un centro de Médicos Sin Fronteras en Conakry.

Un país es oficialmente libre de la transmisión del ébola al término de dos períodos de 21 días -la duración máxima de incubación del virus- sin que se registren nuevos casos desde el segundo análisis negativo del último paciente curado.

Sin embargo, el riesgo persiste mucho más allá, a causa de la supervivencia de algunos líquidos corporales, especialmente en el esperma, donde puede permanecer hasta nueve meses.

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