Por AFP

La inteligencia de Estados Unidos aseguró que altos funcionarios del gobierno de Rusia fueron quienes autorizaron la interferencia en las últimas elecciones norteamericanas.

"Hemos llegado a la conclusión de que únicamente los más altos dirigentes rusos pudieron autorizar el reciente robo y divulgación de datos relacionados con las elecciones", apuntaron los tres jefes de inteligencia.

Los personeros que presentaron un testimonio escrito ante la Comisión de Servicios Armados del Senado son James Clapper, director de Inteligencia Nacional, Marcel Lettre, el subsecretario de Defensa para Asuntos de Inteligencia, y el almirante Michael Rogers, jefe del Comando de Ciber Seguridad.

Clapper aclaro que la participación rusa no afectó el conteo de votos, aunque aseguró que "no hay forma de medir el impacto" cómo la divulgación de los correos electrónicos afectó "las decisiones de los electores".

El director de Inteligencia Nacional no quiso calificar la situación como un “acto de guerra”, como lo planteó el senador republicano John McCain, dejando que tal definición sea tomada por las autoridades políticas del país.

El caso hace hincapié en el pirateo informático de correos del Comité Nacional del partido Demócrata y del jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta.

De acuerdo con Clapper, se trató de una "campaña polifacética" en la que el pirateo informático fue "solamente una parte, ya que también incluía propaganda clásica, desinformación y noticias falsas".

Previo a la entrega de este testimonio, el presidente electo Donald Trump ha ridiculizado las conclusiones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Policía Federal de Estados Unidos (FBI), de que piratas trabajando a instancias del gobierno ruso robaron documentos comprometedores de los ordenadores del Partido Demócrata y los filtraron a través de WikiLeaks para debilitar la campaña de Hillary Clinton.

Debido a declaraciones como estas, se ha especulado con que Trump estudia una reestructuración de las agencias de seguridad.

En el documento entregado también establecieron que China mantiene sus ataques cibernéticos contra "el gobierno de Estados Unidos, sus aliados y contra empresas estadounidenses".

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