AFP

Las autoridades israelíes continuaban bajo presión este domingo después que ocho personas murieran durante el fin de semana en los enfrentamientos por las nuevas medidas de seguridad impuestas en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.

Responsables israelíes afirmaron estar abiertos a modificar las medidas de seguridad decretadas en los accesos al tercer lugar santo del islam, en la ciudad vieja, origen de la violencia.

Cinco palestinos murieron en los enfrentamientos en Jerusalén Este, parte palestina de la ciudad anexionada por Israel, y en Cisjordania, y tres israelíes murieron acuchillados el viernes en su domicilio en una colonia israelí, cerca de Ramala.

La violencia comenzó tras la instalación hace una semana de los detectores de metales en las entradas de la Explanada de las Mezquitas, después de un ataque contra policías israelíes el 14 de julio.

Según Israel, los atacantes habían escondido en la Explanada las armas con las que mataron a dos policías.

Los palestinos rechazaron de inmediato los arcos de seguridad porque interpretan la medida como un movimiento de Israel para modificar el statu quo en vigor desde hace décadas e incrementar su control en el lugar.

Las entradas de la Explanada están controladas por Israel, que lo llama Monte del Templo, el lugar más santo del judaísmo, pero está gestionada por Jordania. Los musulmanes pueden entrar a cualquier hora y los judíos solo en determinadas horas y sin poder rezar.

Las autoridades israelíes aseguran que no tienen la intención de modificar estas normas tácitas.

'Aventurismo'

Desde la instalación de los pórticos de seguridad los palestinos rechazaron como protesta rezar en el complejo y han estado orando en las calles aledañas. 

La violencia entre manifestantes y fuerzas israelíes han sido diarias.

Los enfrentamientos se saldaron el viernes, después del gran rezo semanal de los musulmanes, con la muerte de tres palestinos y tres israelíes. Otros dos palestinos murieron el sábado.

Con motivo de esta tensión, el presidente palestino, Mahmud Abas, anunció el viernes la congelación de contactos con Israel.

En unas declaraciones hechas este domingo en Ramala (Cisjordania), sede de la Autoridad Palestina, Abas mencionó especialmente la suspensión de la cooperación de seguridad con Israel.

"Ellos (los israelíes) serán los grandes perdedores, ya que nosotros desempeñamos un papel importante para garantizar nuestra seguridad y la suya. Si Israel desea retomar la coordinación de la seguridad, debe revocar su decisión", advirtió el presidente palestino.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó también este domingo, ante una reunión del "gabinete de seguridad" previsto al caer la tarde, que "los responsables de la seguridad (...) habían recomendado las medidas. Decidiremos en consecuencia", añadió.

En el Cairo, el secretario general de la Liga Árabe acusó a Israel de "jugar con fuego" y denunció "el aventurismo" de su gobierno, que quiere provocar una "grave crisis con el mundo árabe y musulmán".

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, proclamó este domingo que "nadie podía esperar del mundo musulmán que no reaccione ante las restricciones impuestas en el Noble santuario [la Explanada de las Mezquitas], y ante las ofensas contra el honor de los musulmanes".

El papa Francisco también reaccionó desde Roma. "Sigo con mucha preocupación las graves tensiones", afirmó, haciendo un llamamiento a la "moderación y al diálogo".

'Moderación máxima'

El Cuarteto para Oriente Medio (UE, ONU, Estados Unidos y Rusia) pidió por su parte "una moderación máxima", y el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá a puertas cerradas el lunes para examinar el aumento de la violencia en Jerusalén.

El domingo, las fuerzas de seguridad israelíes anunciaron la detención de 25 miembros del grupo islamista Hamas, como medida preventiva, tras las "tensiones en torno al Monte del Templo".

Según el ejército, un cohete lanzado desde Gaza, territorio palestino donde gobierna Hamas, alcanzó una zona no habitada de Israel.

Netanyahu pidió el domingo que la demolición de la casa en Cisjordania del palestino que mató a cuchilladas el viernes a tres colonos israelíes se lleve a cabo "lo antes posible".

La Explanada de las Mezquitas está en el corazón del conflicto árabeisraelí desde hace cinco décadas y el inicio de la ocupación israelí de Jerusalén Este.

En septiembre de 2000, la visita del líder de la oposición en ese momento, Ariel Sharon, fue la detonación de la Segunda Intifada, levantamiento palestino contra la ocupación israelí, que duró más de cuatro años y dejó más de 4.000 muertos.

En septiembre de 2015, los enfrentamientos tuvieron lugar durante varios días en torno al lugar santo. Una ola de violencia, principalmente ataques con cuchillo de palestinos contra israelíes, estalló justo después.

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