De acuerdo a las autoridades brasileñas, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro sobrepasaron su presupuesto inicial en un 51%, unos US$ 3 mil millones o $2.015.287 millones. Los datos fueron obtenidos gracias a un estudio realizado por la Universidad de Oxford, Inglaterra, la que comparó los resultados del evento con los de otros realizados anteriormente.

En el informe, se presentan solo los costos relacionados al deporte, tales como los relativos a operaciones y lugares que se construyeron. Costos indirectos, como transporte o la mejora de infraestructura hotelera no fueron incluidos. Pese a ello, los resultados entregados parecen alentadores, si se comparan con los Juegos Olímpicos realizados en otros lugares.

Algunas ciudades que han superado de forma exorbitante los presupuestos son, por ejemplo, los Juegos de verano de 1976, en Montreal, Canadá. Ocasión en la que se sobrepasó el presupuesto en un 720%. La ciudad quedó endeudada por 30 años después del evento, consignó El Mercurio.

En Estados Unidos, también se realizó un encuentro en Lake Placid en 1980, que sobrepasó su presupuesto en un 324%, mientras que en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 superaron el balance inicial en un 266% y en Lillehammer en Noruega hubo un gasto extra  de un 277%.

Sin embargo, desde 1998 se ha mantenido de forma constante un gasto que no ha superado el 98% de sobreendeudamiento, si se hace la excepción de Rusia 2014.

La situación paraolímpica

Pese al bajo sobreendeudamiento que registró Río de Janeiro, la difícil situación política y económica que se vive al interior del país, ha legado un complicado escenario con el que recibir los Juegos Paraolímpicos.

El evento, que tendrá comienzo el 7 de septiembre presenta un desafío financiero que no resulta fácil ignorar. La ciudad carioca va a recibir a más de 4.300 personas de 161 nacionalidades distintas y actualmente no genera el mismo entusiasmo que tuvo, por ejemplo, Gran Bretaña 2012, lo que dificulta la venta de entradas.

En medio de la polémica por la destitución de Dilma Rousseff, Brasil tardó mucho en apasionarse por los Juegos y tampoco anunció un gran interés por la cita paralímpica. Sin mencionar que las arcas están vacías.

Para paliar los gastos imprevistos durante los Juegos (reparaciones en los apartamentos de los atletas, limpieza de la piscina que se hizo verde...), el Comité Olímpico Internacional (COI) utilizó el presupuesto global de Rio-2016. Pero los ingresos no permitieron reducir el déficit, especialmente por la débil venta de entradas para los Paralímpicos y la falta de patrocinadores, consignó AFP.

Este viernes, apenas 1,4 millón de entradas habían sido vendidas sobre un total de 2,5 millones, una cifra en "clara progresión", según informó a la AFP el Comité Paralímpico Internacional (CPI).

Ante la falta de fondos que amenazaba la participación de los países más pobres, la ciudad de Rio se ofreció gastar 150 millones de reales (unos 46 millones de dólares) suplementarios y el gobierno brasileño otros 100 (USD 30,7 millones) a través de patrocinios de empresas públicas.

Sumas importantes pero insuficientes para el presidente del Comité organizador, que denunció una "situación inédita" y adelantó recortes en el presupuesto: ceremonias de apertura y clausura más modestas, servicios de transporte reducidos o instalaciones polivalentes para reducir los gastos de funcionamiento.

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