La altísima abstención en las elecciones legislativas del domingo no impidió al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hacerse con el control del Parlamento, consolidando aún más su poder y dejando al líder opositor Juan Guaidó sin su principal bastión de lucha.

Guaidó, que desde la unicameral Asamblea Nacional se proclamó presidente encargado de Venezuela, desconoció el proceso y este lunes arranca un plebiscito para prolongar su legislatura.

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Abstención, la gran protagonista

Con una participación de 30,5%, según un segundo boletín divulgado este lunes, estas parlamentarias tienen uno de los porcentajes de abstención más altos de la era democrática venezolana, iniciada en 1958.

La ausencia de dos tercios de la población electoral contrasta con la participación del 71% registrada en las legislativas pasadas, cuando la oposición quebró 15 años de hegemonía chavista en 2015.

En esta oportunidad, la oposición mayoritaria llamó a boicotear el proceso tachado de "fraude" después de que la justicia designara nuevos rectores electorales, una potestad del Parlamento, y entregara también las directivas de los principales partidos a adversarios de Guaidó.

"No tenían forma de no abstenerse, ni tenían partidos políticos", explicó a la AFP Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.

Sin embargo, el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, no atribuye la abstención al boicot opositor, sino a una "desconfianza nacional en el sector político", tuiteó.

Para el analista político Rafael Álvarez, se trata de una "reedición" de las presidenciales de mayo de 2018, cuando Maduro resultó reelecto, con 67,7% de los votos, en medio de una abstención de 52%.

Entonces, los grandes partidos de oposición se abstuvieron alegando falta de garantías y posteriormente las denunciaron como fraudulentas junto a la comunidad internacional, que apoyó el movimiento de Guaidó de proclamarse presidente encargado ante "la usurpación" del mandatario socialista.

Maduro controla todo

Maduro "necesitaba quitarse la piedra del zapato" haciéndose con el opositor Legislativo, dijo Álvarez. 

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados concentraron 68,43% de los 6.251.080 votos válidos con 98,6% de las actas transmitidas. La autoridad comicial aún no presenta un balance final sobre la distribución de escaños.

Con la mayoría del Parlamento, Maduro ahora controla toda la institucionalidad de Venezuela.

No es que no tuviera todo el poder cuando el Parlamento estaba en manos opositoras. Maduro, que ostenta el control territorial con respaldo de la Fuerza Armada, neutralizó esa Asamblea Nacional a través de la corte suprema, que lo declaró en desacato desde los primeros días de su legislatura.

Y llamó a una Asamblea Constituyente con poderes absolutos, que en la práctica asumió labores legislativas.

Pero, el Parlamento a su servicio, destacó Alarcón, permitirá ahora a Maduro cumplir con "formalidades de cara a países 'amigos'" que quieran hacer negocios en Venezuela y necesiten "aprobación legislativa", como Rusia, que ya celebró la "transparencia" del proceso, China, Turquía, Irán y Cuba.

"Hay países que nunca van a apoyar" a Maduro, añadió Alarcón. Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, Canadá, Colombia, Reino Unido, Costa Rica y Panamá ya desconocieron los comicios.

Guaidó a por la revancha 

Sin control del Parlamento a partir del 5 de enero, Guaidó enfrenta el reto de rediseñar la ruta del gobierno de transición que busca liderar hasta que puedan celebrarse elecciones "libres". 

"Lo que tiene [Guaidó] es la calle, la tiene que trabajar para no perderla", apuntó Alarcón, aunque el dirigente opositor ha perdido poder de convocatoria ante la imposibilidad de cumplir su promesa de deponer a Maduro. 

Ha intentado sin éxito desplazarlo del poder impulsando sanciones económicas y convocando actividades de calle que se han desinflado con los meses al ritmo de su popularidad. 

Ahora, el opositor apuesta a una "consulta popular" no vinculante que comienza este lunes y termina el sábado, con la que intenta ampliar su margen de acción.

Esto, acota no obstante Álvarez, en momentos en que "carece de efervescencia", sin objetivos ni una ruta clara.

"La oposición está obligada a repensarse y reorganizarse", coincidió Alarcón.

Con el triunfo electoral, Maduro se encamina a "desaparecer" a la oposición "tradicional" y "sustituirla" por otra de partidos minoritarios que en realidad "no van a hacerle oposición", subrayó Alarcón.

Una fracción opositora disidente de Guaidó obtuvo poco más de 20% de los votos en las legislativas.

Además, destacó Álvarez, Maduro arremeterá en contra de sus adversarios, forzando a "un gran número de exdiputados al exilio".

Guaidó ha insistido en que no se irá del país.

"Asumo el riesgo de quedarme en Venezuela", expresó la semana pasada en una entrevista con la AFP.

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