Doan Thi Huong, una vietnamita juzgada por el asesinato del hermanastro del dirigente norcoreano Kim Jong Un, debería ser liberada el mes que viene después de que la fiscalía malaya desistiera el lunes en procesarla por asesinato.

La joven se había quedado sola en el banquillo de los acusados por el asesinato del norcoreano con un agente neurotóxico en el aeropuerto de Kuala Lumpur en 2017. El mes pasado su coacusada, de nacionalidad indonesia, fue liberada.

Doan Thi Huong se declaró culpable el lunes de una nueva acusación que reemplaza la de asesinato, y fue condenada a una pena de tres años y cuatro meses de prisión por el Alto Tribunal malasio de Shah Alam, cerca de Kuala Lumpur.

Con las reducciones de pena, "volverá a casa la primera semana de mayo", precisó Hisyam Teh Poh Teik, uno de sus abogados.

Doan Thi Huong estaba acusada junto a la indonesia Siti Aisyah del asesinato de Kim Jong Nam en el aeropuerto de Kuala Lumpur en febrero de 2017

La fiscalía rechazó el mes pasado el pedido de liberación de Doan Thi Huong y ordenó que continuase el juicio. Pero en un nuevo giro, la fiscalía propuso el lunes abandonar la acusación de asesinato y reemplazarla por la de infligir heridas con armas peligrosas.

La mujer, que se declaró entonces culpable, fue condenada a una pena de tres años y cuatro meses de prisión, que comenzó con su arresto en febrero de 2017. Con las reducciones de pena será liberada a principios de mayo, según sus abogados.

Su padre, Doan Van Thanh, que asistió a la audiencia, expresó su satisfacción: "Voy a dar una gran fiesta para recibir a mi hija menor en casa", declaró a AFP.

Kim Jong Nam fue considerado durante un tiempo como un posible heredero del régimen norcoreano, pero fue apartado y terminó refugiándose en Macao.

Durante el juicio que comenzó en octubre de 2017, se pudo ver un video de las dos mujeres acercándose a Kim Jong Nam que esperaba un vuelo. Una de ellas le puso las manos en la cara y luego se fueron las dos a los baños antes de dejar el aeropuerto.

Las dos mujeres siempre negaron haber cometido el asesinato y aseguran que habían creído que se trataba de una broma y que fueron engañadas por agentes norcoreanos para llevar a cabo el ataque, lanzando agente nervioso XV –considerado un arma de destrucción masiva– a la cara de Kim Jong Nam.

Sus abogados las presentaron como chivos expiatorios, subrayando que los investigadores nunca lograron detener a los verdaderos asesinos. Cuatro sospechosos norcoreanos habían logrado huir de Malasia poco después del asesinato.

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