Los tres migrantes muertos al ser arrollados por un tren el martes en el suroeste de Francia, cerca de la frontera española, se habían escondido en las vías para escapar de los posibles controles de la policía, informaron fuentes judiciales el miércoles por la noche.

Las víctimas, probablemente de nacionalidad argelina, murieron cerca de la estación de San Juan de Luz, en el País Vasco francés, cuando descansaban en las vías.

Un cuarto hombre que estaba con ellos, también argelino, resultó herido grave y pudo declarar brevemente el miércoles desde el hospital, indicó el fiscal de la ciudad de Bayona, Jérôme Bourrier.

El superviviente confirmó que el grupo había comenzado a caminar en las vías para escapar de posibles controles policiales y que pararon para descansar, se durmieron sin darse cuenta y no vieron el tren llegar.

El hombre no supo decir quiénes eran los hombres que estaban con él y murieron. "Al parecer el grupo se había formado poco antes en España y no se conocían", dijo el fiscal.

Unas 200 personas se reunieron el miércoles ante la estación de tren donde se produjo el drama, por iniciativa de asociaciones de ayuda a los migrantes.

Según Amaia Fontang, presidenta de Etorkinekin, colectivo que aglutina a 13 grupos de acompañamiento a los migrantes en el País Vasco, el drama ocurrió "después de una jornada de presión policial en varios puntos del País Vasco" francés, lo que podría explicar "que los migrantes decidieran esconderse".

España es una de las principales puertas de entrada a Europa para miles de migrantes cada año.

En total, 13.320 migrantes han alcanzado las costas continentales de España o las islas Baleares entre enero y finales de septiembre, un 19% más que en el mismo periodo del año anterior, según las últimas cifras del ministerio del Interior en Madrid.

A ellas se suman otras 13.118 personas que llegaron al archipiélago atlántico de Canarias, más del doble que las registradas en el mismo periodo de 2020.

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