AFP

En plena crisis diplomática con Estados Unidos, miles de mexicanos salieron a las calles este domingo bajo el ala del movimiento "Vibra México" para protestar contra el presidente Donald Trump y su proyecto de muro fronterizo, una manifestación con tintes nacionalistas contestada por algunos sectores.

"A México se le respeta, Mr. Trump", se leía en una inmensa pancarta a la vanguardia de la marcha en Ciudad de México, entre cientos de banderas mexicanas ondeando con sus colores verde, blanco y rojo.

Miles de policías capitalinos flanqueaban la masiva manifestación, a la que acudieron familias con niños y representantes de decenas de organizaciones civiles, universidades y asociaciones empresariales. 

Algunos de ellos iban vestidos todos de blanco, con pañoletas en la cabeza con los colores de la bandera e incluso el escudo nacional pintado en el rostro.

"Estamos aquí para que Trump vea y sienta como todo un país, unido, se levanta contra él y sus estupideces xenófobas, discriminatorias y fascistas. México no será su esclavo", dijo a la AFP Julieta Rosas, una estudiante de literatura de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien portaba una camiseta que mostraba al mandatario estadounidense con el bigote característico de Adolf Hitler.

"Todos somos migrantes, todos somos uno. Es momento de hacer puentes, no muros", señaló de su lado José Antonio Sánchez, de 73 años, que marchaba junto a su nieta de nueve.

El movimiento de protesta, convocado a través de las redes sociales, se replicaba al oeste de Guadalajara, mientras una veintena de ciudades en todo el país se aprestaba a hacer lo propio.

"Es momento de que los ciudadanos sumemos esfuerzos y unamos voces para manifestar nuestro rechazo e indignación ante las pretensiones del presidente Trump, a la vez de contribuir a la búsqueda de soluciones concretas", indica el movimiento Vibra México en su sitio web.

Trump, quien calificó a los inmigrantes indocumentados mexicanos de "criminales", firmó recientemente algunos decretos que autorizan la construcción de un nuevo muro fronterizo que asegura será pagado por México, vetan la liberación de inmigrantes ilegales detenidos y eliminan recursos federales para las "ciudades santuario", que dan abrigo a indocumentados.

La insistencia de Trump sobre el muro a lo largo de los más de 3.000 km de frontera desató la peor crisis diplomática entre México y Estados Unidos en décadas.

El presidente Enrique Peña Nieto incluso canceló una visita de Estado a Washington prevista para el 31 de enero pasado, luego de que Trump le dijera que si no estaba dispuesto a pagar el muro, la reunión no tenía sentido.

Detractores 

Aunque ambos presidentes hablaron por teléfono el 27 de enero y acordaron que sus equipos de trabajo siguieran reuniéndose para superar el impasse, en México se atizó un fervor patriótico con iniciativas en redes sociales para boicotear productos estadounidenses y enarbolar banderas mexicanas como fotos de perfil.

Peña Nieto ha llamado a la "unidad nacional" y, según medios locales, defendió la marcha del domingo. 

Algunos analistas han calificado este impulso nacionalista de "irracional" por parte de los ciudadanos y de "oportunismo político" por parte del gobierno.

Muchos critican que el ganador de este movimiento es Peña Nieto, porque logra cohesión en momentos en que sus niveles de aprobación están críticamente bajos, sobre todo tras invitar a Trump a México cuando era candidato.

"No le tememos al #Muro de @realDonaldTrump tememos que el pueblo inocente marche junto a sus propios verdugos", escribió en Twitter el sacerdote católico Alejandro Solalinde, ferviente defensor de los migrantes que dirige un albergue para indocumentados.

Muchos estudiantes y maestros de la UNAM se deslindaron del apoyo que ofreció su rector a la marcha.

"Repudio total en la #UNAM a la farsa #VibraMexico", decía uno de los comentarios.

Para mostrar su rechazo a la marcha, numerosos cibernautas comentaron bajo la etiqueta #VibroContraPeña o #NoesTrumpesPeña

Trump vuelve a la carga

En medio de la crisis diplomática, Trump volvió a la carga el sábado prometiendo reducir "considerablemente" el costo del muro, que podría costar hasta 40.000 millones de dólares.

Las autoridades estadounidenses detuvieron y expulsaron esta semana a varios cientos de personas sin papeles. Estas operaciones, las primeras de la era Trump, despertaron pánico en las comunidades de inmigrantes.

El gobierno mexicano anunció que, en consecuencia, sus consulados en Estados Unidos habían intensificado el trabajo para proteger a los connacionales.

En el terreno económico, Trump amenazó con imponer aranceles a las importaciones mexicanas para costear la valla fronteriza, bloquear las remesas que envían los mexicanos y salirse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que Estados Unidos firmó con México y Canadá. 

Estados Unidos, destino de más del 80% de las exportaciones mexicanas, es el primer socio comercial de México; y se estima que unos 11 millones de indocumentados viven en Estados Unidos, la mayoría mexicanos.

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