Las imágenes del bombardeo del hospital de maternidad de Mariupol en Ucrania la semana pasada, dieron la vuelta al mundo, personificando el horror de un ataque contra los más inocentes de la humanidad. 

En una de esas fotografías, una mujer embarazada era cargada por soldados en una camilla, en medio de los escombros del recinto. Ensangrentada, con la mirada perdida y en shock, en la instantánea solo se podía apreciar cómo ella tomaba su vientre con su mano, para proteger a su bebé.

La foto dio la vuelta al mundo y se convirtió en la cara más terrible de la guerra en Ucrania. Con el paso de los días, se supo que la mujer iba siendo trasladada de urgencia a otro centro hospitalario.

Sin embargo, hace pocas horas y según publicó la agencia The Associated Press (AP), se conoció que tanto ella como su bebé murieron, pese a los esfuerzos de los servicios de emergencia.

De acuerdo a lo citado por AP, la mujer al darse cuenta que estaba perdiendo a su bebé, le gritó a los médicos: "¡Mátenme ya!". El médico cirujano que la asistió, Timur Marin, informó que la madre tenía la cadera desprendida y la pelvis aplastada. El bebé nació por cesárea, pero sin dar señales de vida.

La madre murió tras más de 30 minutos de intentos por reanimarla, dijo Marin a AP, asegurando que no pudieron identificarla en mitad del caos que se produjo tras el bombardeo al hospital.

 

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