Los viajeros procedentes de China deberán presentar una prueba de COVID-19 negativa para entrar a Países Bajos y Portugal, anunciaron los Ministerios de Salud de ambos países este viernes.

China enfrenta actualmente un brote de COVID-19 tras el levantamiento de sus estrictas medidas de control del coronavirus.

Ante la explosión de casos, una veintena de países y territorios ya han impuesto nuevas restricciones para el ingreso de viajeros procedentes de este país.

Portugal y Países Bajos se sumaron el viernes, después de que la UE aconsejara esta semana exigir pruebas negativas de coronavirus y realizar "pruebas aleatorias" a los viajeros procedentes del gigante asiático.

En Países Bajos, la medida entrará en vigor a partir del 10 de enero, aunque el gobierno aconseja desde el viernes llevar mascarillas en los vuelos procedentes o con destino a China.

"Pienso que es importante que tomemos medidas de viaje en el marco de la lucha contra el COVID-19 a nivel europeo", afirmó el ministro neerlandés de Salud, Ernst Kuipers, citado en el comunicado. 

También "estudió la posibilidad de analizar las aguas residuales de los baños de aviones provenientes de China por las mutaciones" del virus, añadió el ministerio. 

El aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol es uno de los más grandes de Europa y centro de numerosos traslados intercontinentales.

En Portugal, los viajeros procedentes de China deberán presentar a partir del domingo una prueba negativa antes de abordar el avión. 

El Ministerio de Salud precisó que los viajeros deberán además llevar una mascarilla durante todo el vuelo y que a partir del sábado, algunos viajeros serán sometidos a pruebas "aleatorias, pero de carácter obligatorio" a su llegada.

Como Países Bajos, Portugal analizará igualmente las aguas residuales con el objetivo de identificar las variantes del virus que están circulando. 

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