Después que Reino Unido expulsara a 23 diplomáticos rusos como represalia por el ataque al espía ruso Serguei Skripal, Rusia acusó a la primera ministra británica, Theresa May, de haber creado una "atmósfera histérica".

May anunció además que se congelan los contactos bilaterales de alto nivel con Rusia. Por ello, se cancela la invitación al ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, para una visita al Reino Unido. Además, ningún funcionario británico de alto rango o miembro de la familia real asistirá al Mundial de fútbol que se disputará este año en Rusia. Londres intensificará asimismo los controles a aviones privados, aduana y tráfico de carga.

"No nos manejamos con ultimátums", señaló el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por el tema.  Nebenzia, que habló de la "atmósfera histérica", en referencia al plazo otorgado por May para que Moscú diera una explicación sobre cómo llegó a Reino Unido el agente nervioso de origen ruso con el que fue envenenado el exespía ruso.

El representante ruso dijo que no hay pruebas que respalden las "indignantes" acusaciones en la carta que May envió al presidente del Consejo y al secretario general de la ONU, António Guterres. Nebenzia sugirió que el detective de ficción Sherlock Holmes podría llevar mejor la investigación que Scotland Yard. Por su parte, el embajador británico ante la ONU, Jonathan Allen, dijo que la "negativa y las amenazas" de Rusia no disuadirán a Reino

Unido. Además, apuntó que no hay "una conclusión alternativa" a que Rusia estuvo involucrada en el ataque.

Por su parte, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, fustigó a Rusia durante la reunión en Nueva York. "Estados Unidos cree que Rusia es responsable por el ataque", señaló. Mientras que en París, el ministro de Exteriores Jean-Yvez Drian dijo que Francia coordinará con Reino Unido cuál será su respuesta al envenenamiento.

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