Un tribunal de Singapur aplazó este martes la ejecución de una persona malasia con discapacidad mental y condenada por tráfico de drogas, tras la anulación de la audiencia de apelación por dar positivo al covid-19.

La audiencia debía celebrarse el martes, un día antes de la ejecución prevista para el miércoles en la ciudad-Estado del sudeste asiático. Sin embargo, tuvo que ser cancelada debido al estado de salud del condenado, dijo el juez del Tribunal de Apelación Andrew Phang Boon Leong.

"Tenemos que dictar una suspensión de la ejecución", dijo el juez, sin especificar la duración.

Nagaenthran K. Dharmalingam, de 33 años, fue detenido en 2009 por transportar 43 gramos de heroína, equivalente a tres cucharadas, a Singapur, donde fue condenado al año siguiente.

El Alto Tribunal del país había acordado el lunes suspender su ejecución a la espera del resultado de un recurso de sus abogados. Según los letrados, la condena a la pena capital sería inconstitucional. 

Los abogados del malasio subrayan que tiene un coeficiente intelectual de 69, un nivel que corresponde a una discapacidad mental, y que sufría de una adicción al alcohol en el momento del delito. 

Varias oenegés, como Amnesty International y Human Rights Watch, tacharon su condena a muerte de "cruel" e "despreciable". La Unión Europea pidió que la condena fuera conmutada por una pena de cárcel.

El primer ministro malasio Ismail Sabri Yaakob escribió a su homólogo de Singapur para pedirle que aplazara la ejecución "por razones humanitarias", según los medios. 

Si se confirma el ahorcamiento, sería la primera ejecución desde 2019 en este país, que considera que la pena capital es útil para disuadir a los delincuentes a pesar de las crecientes presiones de los defensores de los derechos en favor de su abolición.

El ministerio del Interior de Singapur recalcó que durante el juicio, Nagaenthran no fue diagnosticado con una "anomalía mental" y que la ejecución podía proceder. 

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