El viaje soñado de una mujer australiana de 80 años terminó en tragedia. Suzanne Rees, una apasionada del senderismo y la naturaleza, fue hallada muerta en Lizard Island, un destino paradisíaco en la Gran Barrera de Coral, después de haber sido presuntamente olvidada por el crucero de lujo Coral Adventurer.

Rees había embarcado recientemente en una travesía de 60 días alrededor de Australia, valorada en 80.000 dólares australianos, unos 50 millones de pesos chilenos. El crucero, operado por la compañía Coral Expeditions, prometía un recorrido exclusivo por las costas más remotas del país, combinando aventura, naturaleza y confort.

El 24 de octubre, el Coral Adventurer zarpó desde Cairns con 120 pasajeros y 46 tripulantes a bordo. Una de sus primeras paradas fue Lizard Island, un enclave turístico famoso por su belleza natural, su biodiversidad marina y sus alojamientos de lujo.

Mujer de 80 años fue olvidada en isla remota 

Según relató la familia, Suzanne Rees comenzó a sentirse mal durante una caminata hacia Cook’s Look, el punto más alto de la isla. Los guías le habrían sugerido regresar sola al punto de partida mientras el resto del grupo continuaba la excursión. Horas después, el crucero abandonó la isla sin advertir su ausencia.

La Policía de Queensland confirmó que el cuerpo de Rees fue encontrado el domingo en la isla y calificó su muerte como “repentina”, descartando por el momento indicios de delito. No obstante, se desconoce el momento exacto del fallecimiento ni cómo el personal del crucero no detectó su falta antes de zarpar.

La Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (AMSA) abrió una investigación para esclarecer las circunstancias del hecho, incluyendo el proceso de embarque y los controles de pasajeros.
La tripulación será interrogada una vez que el Coral Adventurer atraque en Darwin, previsto para el 2 de noviembre.

En un comunicado, el director ejecutivo de Coral Expeditions, Mark Fifield, expresó el pesar de la empresa y aseguró que están colaborando plenamente con las autoridades.

La noticia del fallecimiento de Rees conmocionó a la opinión pública australiana tras la difusión de su fotografía en los medios. Su hija, Katherine Rees, rompió el silencio para denunciar lo que calificó como una “cadena de negligencias”.

“Le dijeron que regresara sola. Luego el barco partió, aparentemente sin hacer un recuento de pasajeros. En algún momento de esa secuencia, o poco después, mamá murió, sola”, declaró Katherine a Daily Mail.

La familia, profundamente afectada, pide ahora una revisión urgente de los protocolos de seguridad en la industria de cruceros.

Originaria de Nueva Gales del Sur, Suzanne Rees era conocida por su amor por la jardinería, el senderismo y los viajes. A pesar de haber emprendido la travesía sola, formaba parte de un grupo reducido de viajeros que buscaban explorar algunos de los entornos más remotos del país.

Mientras tanto, la investigación continúa. Y aunque las autoridades insisten en que la muerte fue “sin indicios de delito”, su familia sigue preguntándose cómo un crucero pudo olvidar a una pasajera en una isla tropical sin que nadie se diera cuenta.

Publicidad