Tres bombas explotaron el sábado por la mañana en diferentes lugares de la capital del Estado de Rakáin en Birmania, seis meses después del inicio de una campaña militar del ejército birmano que provocó un inmenso éxodo de la minoría musulmana rohinyá.

Este es el último episodio de violencia en Rakáin, que ha sufrido la violencia contra los rohinyás en el norte y las acciones de la insurgencia en otras partes del estado, pero que en general no afectan la capital, Sittwe. 

"Tres bombas explotaron y otras tres bombas sin explotar fueron encontradas. Un policía fue herido pero no de gravedad", indicó a la AFP un alto mando de la policía de la ciudad de Sittwe. 

Uno de los dispositivos fue encontrado en el jardín de un edificio que aloja al secretario del gobierno estatal. Otro de los dispositivos golpeó un local del gobierno de la ciudad y un tercero fue encontrado en un camino hacia la playa. 

Las explosiones se produjeron hacia las 04.00 hora local.

"Algunas calles están cerradas por la policía debido a las explosiones", explicó a la AFP Zaw Zaw, un residente de Sittwe.

El domingo se cumplen seis meses de que comenzara la ola de violencia que sacudió a esta región del país. 

Casi 700.000 rohinyás huyeron de Birmania hacia el vecino Bangladés desde el brote de violencia que la ONU calificó como una "limpieza étnica" perpetrada por el ejército birmano.

Sittwe está a unos 100 kilómetros al sur del epicentro del conflicto. 

Los enfrentamientos comenzaron el 25 de agosto cuando los ataques de grupos rebeldes contra comisarías de policía desataron la represión de la policía, que incendió pueblos y reprimió a los civiles.

La ONU calificó la campaña de represión de "limpieza étnica" contra la población rohinyá, que ahora permanece en su mayoría hacinada en campos de refugiados en el vecino Bangladés. 

Las autoridades de Birmania niegan estas atrocidades pero han bloqueado las investigaciones de la ONU en terreno, donde se cree que murieron miles de personas. 

- Represión policial -

Sittwe albergó en el pasado una importante comunidad rohinyá, pero la mayoría de ellos fueron desplazados por el brote de violencia entre budistas y musulmanes que comenzó en 2012. 

Actualmente, lo que queda de esta comunidad está confinado a un enclave musulmán en la ciudad y otras 100.000 personas subsisten en un campamento a las afueras de Sittwe. 

En otro episodio de violencia en este estado, el mes pasado siete personas murieron y 12 resultaron heridas cuando la policía abrió fuego contra una multitud de budistas que pretendía tomar un edificio oficial en la localidad de Mrauk U. 

Los disturbios se originaron a partir de que se prohibiera una manifestación de nacionalistas que querían conmemorar el antiguo reino budista de Rakáin. 

Después de los incidentes grupos rebeldes prometieron que "represalias" por la muerte de los manifestantes. 

Cerca de dos semanas después, el delegado del gobierno fue encontrado muerto al borde una carretera. 

Publicidad