Donald Trump busca cumplir varias de sus promesas electorales presentando el esperado plan de infraestructura de 1,5 billones de dólares, sin embarjo el proyecto depende en gran parte de un significativo aporte financiero por parte de los gobiernos estatales y locales.

Dado que el presidente de Estados unidos ha mencionado repetidas veces que las malas condiciones de la infraestructura del país ha impedido que la economía alcance su máximo potencial, plan se centra en la inyección de 200.000 millones de dólares de dinero federal a fondos recaudados con impuestros locales y estatales para reparar puertos, aeropuetos, carreteras y autopistas.

En tanto, las críticas apuntan a que esta iniciativa debería haber sido propuesta a inicios de su mandato para haber logrado un apoyo de ambos bandos políticos.

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