El Vaticano confirmó, la tarde de este lunes, la causa de muerte del Papa Francisco, el máximo representante de la Iglesia Católica quien perdió la vida a los 88 años.
Según información oficial, el pontífice argentino Jorge Mario Bergoglio falleció producto de un derrame cerebral y un posterior "colapso cardiovascular irreversible".
La información oficial asegura que Francisco sufrió un derrame cerebral que lo dejó en coma y posteriormente tuvo colapso cardiovascular irreversible.
Esto ocurrió a las 7.35 horas de la mañana de Roma, en su apartamento de la Casa Santa Marta, informaron desde el Vaticano.
El profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, fue el encargado de realizar el informe de defunción.
El documento indica que el Papa tenía antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes de tipo II.
El Papa Francisco expresó su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor y no en la Basílica de San Pedro, como la mayoría de sus predecesores.
Adicionalmente, pidió que su sepulcro esté en la tierra, sin decoración particular y con la única inscripción de "Franciscus".
¿Cómo se elegirá al nuevo Papa?
Tras la muerte del Papa Francisco, la gestión de los asuntos vaticanos quedará temporalmente en manos del cardenal camarlengo, Kevin Farell, mientras se celebran los nueve días de exequias y transcurre el plazo, de entre 15 y 20 días, para organizar un cónclave que elija al nuevo sumo pontífice.
Son alrededor de 138 los cardenales electores que podrán votar, quienes deben tener menos de 80 años. Durante este proceso, los cardenales son aislados del exterior.
Cuando la votación no obtiene el quórum necesario, sale humo negro por la chimenea de la capilla Sixtina. En cambio, cuando se elige al nuevo Papa, sale humo blanco (fumata bianca).
En caso de no lograr acuerdo, al día siguiente se vuelve a votar en un máximo de cuatro veces. No hay tiempo límite para el Cónclave.
Para que un sumo pontífice sea elegido se necesita una mayoría de dos tercios. De ser 138 los electores, se necesitan 92 votos.