El chileno Nicolás Zepeda, condenado en Francia a 28 años de cárcel por el asesinato de su exnovia Narumi Kurosaki, cuyo cuerpo nunca fue encontrado, será juzgado en apelación a partir del martes por un crimen que niega haber cometido.

A las 09H00 (08H00 GMT), el hombre, de 32 años, tomará asiento en el banquillo del tribunal de Vesoul (este de Francia), dando inicio a dos semanas de audiencias.

El dispositivo será similar al del proceso de abril de 2022 en primera instancia: traducciones simultáneas en español y japonés, testigos que comparecerán por videoconferencia desde Japón y Chile, salas especiales para el público y la prensa.

Al menos 23 medios se acreditaron para seguir los debates judiciales.

La principal expectativa reside en saber si Zepeda seguirá defendiendo su inocencia o aportará otra versión de los hechos.

"Dramático"

Su nuevo abogado, Antoine Vey, rehusó responder a las preguntas de la AFP.

El letrado tomará el relevo de otra abogada experimentada, Jacqueline Laffont, quien terminó el primer proceso "muy afectada".

"Salgo [...] conmocionada por este proceso [...] de una intensidad dramática, dolorosa, que pocas veces se alcanza", declaró entonces.

Durante una audiencia muy tensa, con Zepeda abrumado por los elementos en su contra, la abogada pareció tenderle la mano para expresar una hipotética confesión.

Vacilante, el acusado permaneció finalmente atrincherado en su versión: "¡Yo no maté a Narumi! ¡Yo también quiero saber!", gritó, llorando.

El 12 de abril, un jurado lo condenó a 28 años de reclusión criminal por asesinato. Ahora, se expone a ser condenado a cadena perpetua.

Según la investigación, Narumi Kurosaki, que llegó a Besanzón, en el este de Francia, en el verano de 2016 para estudiar francés, rompió su relación con Zepeda, a quien había conocido en Japón.

Sin avisarle, el chileno viajó a Besanzón y pasó con ella la noche del 4 al 5 de diciembre de 2016, en la residencia universitaria.

Varios testigos afirman haber escuchado esa noche "gritos de terror" y un ruido sordo, "como un golpe".

Nadie volvió a ver a la muchacha, que tenía 21 años, y su cuerpo nunca fue encontrado.

Zepeda, de pelo castaño y aspecto juvenil, siempre ha sostenido que no tuvo nada que ver con la desaparición de Kurosaki.

"Inseguro"

La acusación, apoyándose en la "densidad" de las pruebas (testimonios, datos de telefonía, geolocalización del vehículo que alquiló Zepeda...), sostiene que se trató de un crimen premeditado.

El chileno, de acuerdo con el fiscal Étienne Manteaux, nunca habría soportado la ruptura con Narumi Kurosaki y la habría asfixiado o estrangulado antes de arrojar su cuerpo al río Doubs.

Posteriormente, habría pirateado sus cuentas en redes sociales para hacer creer que la joven seguía viva, mientras él ganaba tiempo para regresar a Chile, de donde fue extraditado a Francia en julio de 2020.

"Mantengo la esperanza de una confesión en este segundo proceso", declaró a la AFP uno de los abogados de las partes civiles, Randall Schwerdorffer, que asesora al que era novio de Narumi Kurosaki en el momento de su desaparición.

"Vimos a [Nicolás Zepeda] muy inseguro varias veces" en el primer proceso, sobre todo "cuando sus declaraciones fueron puestas a prueba con preguntas", añadió.

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