En fallo unánime, la Primera Sala de la Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó al propietario de un perro Bulldog a pagar una indemnización por concepto de daño moral de $250.000 a su demandante, quien sufrió lesiones en el brazo derecho por el ataque del animal en junio de 2013, en la comuna de Lo Espejo. 

El fallo señala que los daños sufridos por la mujer fueron causados por un perro al interior del taller del demandado y que el animal se encontraba bajo su cuidado y para su servicio, sin que adoptara los resguardos necesarios para evitar que el animal atacara a las personas que concurrían a su taller como clientes. 

De acuerdo a los antecedentes del caso, la mujer se dirigió a la "Mueblería Alicia", en la comuna de Lo Espejo, para comprar un escritorio. De acuerdo a su versión, le preguntó al dueño si podía regalarle unos trozos de madera, por lo que el demandado le autorizó a ingresar al patio del taller para que pudiese buscar las maderas. 

En ese momento apareció un perro de raza Bulldog que comenzó a morderle el brazo derecho, botándola al suelo dos veces. 

Luego le grito al dueño por ayuda, dice el expediente, el imputado solo intentó abrirle el hocico al perro, sin éxito. Después salió a la calle con el perro colgándole del brazo y el demandado con un palo de escoba logró que el perro la soltara, sin brindarle más ayuda, siendo un vecino del sector quien la ayudó a llegar a su casa.

Posteriormente, la mujer se dirigió con su hijo al Hospital Barros Luco, donde fue atendida de urgencias. Además, explicó que las lesiones causadas por el perro fueron en extremo dolorosas, que han significado numerosas sesiones de recuperación para poder apalear las consecuencias del ataque del animal, teniendo que consultar por esa razón a psicólogos y médicos psiquiatras. 

Por otro lado, asegura que las heridas se agravaron mientras se encontraba en tratamiento de rehabilitación por enfermedad profesional a consecuencia de una operación en el dedo pulgar de su mano derecha

"La actitud negligente del demandado consistió en que no mantuvo a su perro debidamente amarrado o encerrado, en atención a que el local en el que atiende recibe público y previamente le solicitó autorización para ingresar al local. De haber prestado este cuidado mínimo a su perro, que es grande y agresivo, este lamentable episodio no habría ocurrido", sostiene el fallo que fue ratificado por el máximo tribunal. 

Este se trata de un caso anterior a la entrada en vigencia de la ley de tenencia responsable de mascotas,  más conocida como "Ley Cholito" y que regula la responsabilidad civil de los dueños por actos cometidos por sus mascotas.

Adicionalmente, la normativa contempla una plataforma digital donde los dueños de perros y gatos deben inscribir a sus mascotas.

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