Los dos adolescentes que murieron baleados por la víctima de un presunto portonazo, el pasado 24 de mayo en la comuna de Santiago, región Metropolitana, tenían un amplio historial delictual.
Un trabajo de Reportajes T13 accedió a registros inéditos de algunos de sus violentos robos. Incluso es posible escuchar sus voces, meses antes de morir baleados.
Dos años antes, Marcos Vargas Garrido, de 16 años, y Rodrigo Santander Aranda, de 17, habían atacado una panadería. Según ellos eran responsables sólo de un hurto, pero las cámaras del local demostraron lo contrario, dejando heridas no físicas, sino que psicológicas, en quienes tuvieron la mala suerte de conocerlos.
Marcos y Rodrigo aparecen ligados a investigaciones relacionadas con asaltos a servicentros, minimarkets, salas de venta de inmobiliarias, entre otros ilícitos que datan incluso desde el año 2018, cuando ambos eran inimputables.
Su violencia, con el tiempo, fue en aumento. Múltiples factores pudieron haber incidido en eso. Quizás, el más preponderante, es el hecho de que varios de sus familiares directos también contaran con un historial delictual.
A principios de este año, en una de sus tantas actuaciones violentas, al menos 15 delincuentes llegaron en tres vehículos hasta una tienda de ropa, ubicada en calle General del Canto, en Providencia.
Gracias a martillos y combos, derribaron las mamparas de metal e ingresaron. En sábanas, que dejaron en el suelo, fueron tirando encima básicamente todo, vestuario avaluado en más de 15 millones de pesos. Tras varios minutos, arrancaron por distintas calles, pero chocaron.
Cuatro detenidos en total, dos mayores de edad y dos menores: Marcos y Rodrigo.
Fueron formalizados. Al día siguiente se habría decretado su internación provisoria, pero la banda siguió.
15 días después ocurrió otro robo, ahora en una casa de calle Dinamarca, también en Providencia. La angustia que experimentaron las víctimas quedó demostrada en un llamado de auxilio. Al llegar personal de Seguridad Ciudadana, sin asco fueron recibidos a balazos por quienes simplemente no estaban dispuestos a ser detenidos.
Sin duda una peligrosa banda que estaría involucrada en cada uno de estos delitos y de la que serían parte los dos menores que murieron el pasado miércoles.