Este sábado se reportó el fallecimiento de Luisa Riveros, histórica pobladora de Cerro Navia que denunció los crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet ante el papa Juan Pablo II en su visita a Chile en 1987.
“Con un susurro cargado de orgullo y compromiso, hoy Cerro Navia abraza el legado de Luisa Riveros, quien falleció esta mañana”, informaron desde la municipalidad de Cerro Navia, que declaró duelo comunal “en memoria de su vida, su coraje y su legado de justicia y dignidad que deja a nuestra comunidad”.
“Aquella joven pobladora, hecha palabra valiente, expuso su vida y el dolor que vivió el pueblo ante el Papa Juan Pablo II en 1987, denunciando la pobreza, la represión y el exilio que imponía la dictadura, diciendo lo que muchos callaron”, agregaron.
Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) escribieron “hoy, en el Día de las Detenidas y Detenidos Desaparecidos, nos despedimos de Luisa Riveros, pobladora que luchó valientemente por la recuperación de la democracia”.
“Hoy rendimos homenaje a Luisa y recordamos sus palabras: ‘Queremos una vida digna, sin dictadura. Por lo mismo vamos a visitar a los presos políticos y a los torturados. Pedimos que se haga justicia y vuelvan los exiliados. Acompañamos a los familiares de los detenidos desaparecidos y queremos que se nos escuche y se nos respete’.
El discurso de Luisa Riveros ante el papa Juan Pablo II
Entre el 1 y 6 de abril de 1987 el papa Juan Pablo II realizó la primera visita de un sumo pontífice a Chile. En una de esas jornadas, Luisa Riveros denunció las torturas, detenidos desaparecidos y pidió por el fin de la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet.
“Santo padre, las mujeres pobladoras de esta tierra chilena, saludarnos agradecida su visita pastoral, nos alegra que usted haya querido reunirse con los más postergados de este pueblo. Como cristiana y pobladora vengo a contarle un poco de nuestras penas y pocas alegrías. Somos madres y esposas que buscamos el bien de nuestra familia, pero esto que parece tan sencillo es bien difícil para nosotras con la cesantía y los bajos sueldos”, inició.
En este sentido, agregó “queremos una vida digna para todos sin dictadura, por lo mismo vamos a visitar a los presos políticos y a los torturados. Pedimos que se haga justicia y que vuelvan los exiliados. Acompañamos a los familiares de los detenidos desaparecidos y queremos que se nos escuche y se nos respete”.
"Santo padre, hay 14 presos políticos en pena de muerte, usted como mensajero de la vida, todo Chile quiere decirle que diga 'no a la pena de muerte'. Nos ayudamos a tener la moral en alto en nuestra familia, en nuestras comunidades y con nuestros hermanos de clase trabajadora. Nuestra fe es muy necesaria para no desmayar y eso nos ayuda mucho -los sacerdotes, las religiosas, que viven entre nosotros- y pedimos aquí, en su presencia, que puedan volver nuestros sacerdotes expulsados del país”, añadió.