Este miércoles, una investigación de Reportajes T13 reveló cómo un matrimonio chileno operó en el corazón del barrio bohemio de Providencia durante meses. Su método era siempre el mismo: la mujer se ganaba la confianza de hombres que salían de bares, los convencía de acompañarla a moteles cercanos y, una vez allí, los drogaba para robarles sus pertenencias y tarjetas bancarias.

Afuera, su esposo la esperaba para completar el fraude: realizar giros y compras por varios millones de pesos en distintos puntos de la capital.

Según los antecedentes, la mujer fue identificada como Carolina Andrea Cerón Quiroz, de 39 años. Elegía a sus víctimas, en su mayoría hombres en estado de ebriedad, en el sector de Orrego Luco. Allí los abordaba y los convencía de trasladarse a un motel, donde les suministraba benzodiacepinas, un psicotrópico que altera el juicio, la conciencia y la memoria.

Matrimonio chileno drogaba y le robaba a hombres en Providencia: así conseguían acceder a claves bancarias

Aprovechando el estado alterado del hombre a quien ya se le había retenido el carnet al ingresar, la estafadora obtenía la clave alegando que era necesaria para cancelar la cuenta. En minutos, y sin contacto sexual ni relación consumada, ella salía de la pieza con la tarjeta y la contraseña memorizada; su marido la esperaba afuera para, acto seguido, iniciar un “recorrido” por cajeros y comercios donde realizaban giros y compras millonarias con esos datos.

Una vez que los hombres quedaban inconscientes, Cerón les robaba sus pertenencias y obtenía las claves de sus tarjetas, supuestamente para pagar el servicio de habitación.

Luego, abandonaba el lugar y se reunía con su esposo, Víctor Manuel Muñoz Espinoza, de 45 años, quien la esperaba en las inmediaciones del motel para facilitar su huida. 

“Una vez concretado el robo de las especies y con las claves en su poder, iniciaban un recorrido por la Región Metropolitana haciendo uso fraudulento de las tarjetas bancarias”, explicó la subinspectora Andrea Benítez, de la BICRIM Providencia.

El sector elegido no era casual. De acuerdo con la policía, la pareja seleccionaba zonas con alta afluencia de público masculino, especialmente hombres con mayor poder adquisitivo y bajo los efectos del alcohol. Dichas condiciones facilitaban el engaño.

Las denuncias por este tipo de estafas se multiplicaron, hasta que la PDI logró vincular a Carolina y Víctor con al menos 12 delitos. Según el fiscal Jorge Reyes, de la SACFI Oriente, el matrimonio vivía en Curacaví, tenía cinco hijos y en solo dos de los casos investigados obtuvieron varios millones de pesos mediante este método.

Ambos fueron formalizados por robo con intimidación, aunque el tribunal reclasificó los hechos como hurtos, decretando igualmente su prisión preventiva y un plazo de investigación de 90 días.

La Fiscalía y la PDI no descartan que surjan nuevas víctimas, ya que el matrimonio habría repetido su esquema en distintos puntos de la Región Metropolitana.

 

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