La noche del 1 de febrero, Ignacio Gerardo Bañares, quien fuera pareja de Nabila Rifo (la mujer que fue víctima de violencia de género por otra expareja que le arrancó los ojos), murió luego de haber sido agredido por dos hijos de la mujer. 

En aquel momento se conoció que ambos jóvenes, uno de 17 y otro de 20 años, agredieron con objetos contundentes a Bañares, de 34 años, quien era pareja de su madre en aquel momento. 

También se conoció que el sujeto había ejercido violencia contra Nabila Rifo en al menos dos ocasiones que habían sido denunciadas ante Carabineros. 

El relato de Nabila y sus hijos ante la fiscalía

Según informó Biobío, la fiscalía que investiga el caso estima que Bañares recibió al menos 30 golpes al momento de su muerte. 13 de ellos habrían sido provocados por un bate de béisbol que habría manipulado el menor de los hermanos, y otros 17 con una manopla que habría manipulado el mayor. 

En sus relatos ante la fiscalía, tanto Nabila Rifo como sus hijos, aseguran que el hombre tenía un historial de agresiones tanto física como psicológicas contra la mujer y que fue él quien llegó a la casa de ella gritando y lanzando piedras el día de su muerte. 

 “Quiero buscar a mi mujer”, aseguró que gritaba Nabila Rifo en su declaración ante la Policía de Investigaciones. 

El mayor de los hermanos, quien fue el que primero se habría enfrentado a Bañares, asegura que el sujeto lo amenazaba con una piedra en la mano derecha, y que le decía “te voy hacer mierda cabro culiao”.

El joven de 20 años había salido de su casa con una manopla a enfrentar al hombre y, según dijo, se cubrió el rostro para evitar el piedrazo de la pareja de su madre. 

“Fue en ese instante en que pensé que me podía matar y decidí golpearlo con la manopla, pero al retroceder un poco tropecé con los peldaños de la escalera y caí de espalda. Quedé en una postura inclinada y Gerardo se abalanzó sobre mí para golpearme, iniciándose un intercambio de golpes”, contó. 

Pero en ese momento, habría apreciado por la espalda el hermano menor con un bate, lo que utilizó para golpear en la cabeza a Bañares. Según ambos relatos, solo habría dado un golpe con el objeto, pero la fiscalía cree que fueron más.

“Debido a la adrenalina, la situación que estaba viviendo, sumado a que pensaba que si no me defendía Gerardo me podía matar, es que le di una gran cantidad de golpes con la manopla, todas en el rostro y cabeza”, aseguró el hermano mayor.

“Yo tenía miedo y adrenalina. Creía que Gerardo podía volver a levantarse, por lo que nos fuimos a casa de mi padre que vive a dos cuadras”, detalló el menor de los hermanos. 

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