La semana pasada la historia de una mujer estadounidense dio la vuelta al mundo a través de las redes sociales.
Kara Marie, de 35 años, sufrió un rasguño de su gato. Sin embargo, algo que para ella parecía tan cotidiano e inofensivo, terminó volviéndose una verdadera pesadilla: debió ser intervenida por una grave infección e incluso con cierto grado de riesgo cardíaco, debido a que el ataque del felino fue en la mano izquierda.
Fue lo mismo que pensó una pareja en Chile cuando "Tommy", el gato de la familia, mordió a Cristián, de 46 años. La mascota, acostumbrado a vivir dentro de la casa, huía del perro que también integra el grupo familiar.
Fue así como el animal, asustado, atacó al hombre en el dedo índice de su mano derecha. Jazmín Rodríguez, su esposa y quien relató esta historia a T13.cl, reconoció que el primer día pensaron que no era nada grave. Incluso, se preocuparon más por el gato, quien había perdido algunas uñas.
Al día siguiente el panorama fue totalmente distinto. El dedo de Cristián estaba inflamado y con evidentes lesiones, por lo que decidió acudir inmediatamente a la urgencia de un centro médico en Santiago, región Metropolitana.
"El médico de urgencias sugirió que quedara hospitalizado con medicamentos a la vena, que son antibióticos. Sugirieron que le pusieron medicamentos, había que ponerle una vacuna", relató Jazmín, detallando que por su trabajo, en el sector de la minería, Cristián ya tenía esa vacuna y no se la volvieron a colocar.
La decisión del profesional fue porque le mencionaron que la herida había sido ocasionada por la mordedura de un gato. Además, en palabras de Jazmín para graficar el alcance que ésta tuvo, la ecografía realizada a su esposo mostraba unos verdaderos "corchetes" en su dedo.
El diagnóstico estaba más o menos claro: Cristián tenía la bacteria Bartonella henselae, causante de la "enfermedad del arañazo de gato". Esto lo mantuvo siete días internado, desde la noche del pasado 27 de agosto, y recibiendo atención de un infectólogo.
"Le hicieron una limpieza en donde sacaron todo lo malo, como un raspado, y le pusieron una malla que regenera el tejido, al dedo", contó Jazmín. Además, le explicaron cómo iba a evolucionar la herida, mientras que a través de exámenes de sangre monitoreaban cómo trabajaba su sistema inmunitario para ver si la infección había desaparecido.
"El doctor cuando llegamos a urgencia dijo: 'Si tú hubieses venido mañana, la infección podría haber avanzado hasta la mano'. O amputación de dedo por la gravedad, porque hay gente que no le toma el peso a esto y se infecta mucho y esto ingresa a la sangre", advirtió la esposa del afectado.
"Afortunadamente fuimos a tiempo a la clínica, porque si no, hubiésemos ido dos días después, o tres días, la infección hubiese sido más grande y ahí pasa a otro nivel de infección, porque se infecta la sangre aún más y el hueso, y cuando llega al hueso ya ahí tienen que amputar", cerró Jazmín su relató.
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Hoy Cristián se recupera de lo que pensó que fue un inofensivo ataque de su gato. Continúa con el tratamiento de antibióticos en casa y su dedo sólo quedó con una cicatriz.
Bartonella henselae: ¿Qué es la "enfermedad del arañazo de gato"?
Según Cleveland Clinic, en Estados Unidos, la "enfermedad del arañazo de gato" es una infección bacteriana poco común que puede contraerse por un arañazo o mordedura de gato. Los gatos se infectan con la bacteria (B. henselae) a través de las picaduras de pulgas.
"Los síntomas incluyen sarpullido o protuberancias en la piel, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre", destaca la publicación.
Según le explicaron a Cristián, quien afortunadamente no tuvo fiebre ni síntomas más delicados, "aunque —los gatos— tengan todas sus vacunas al día, es algo que tienen en la boca", debido a que en su caso fue una mordedura.