Inquietud generaron las palabras del presidente de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simón, hace algunos días cuando aseguró que algunas Isapres estaban en riesgo de quebrar, y que incluso podrían hacerlo en “las próximas semanas”.

Si bien el superintendente de Salud, Víctor Torres, salió a poner calma y descartó que esto pueda suceder en un corto plazo, quedó la duda planteada de qué sucedería con los afiliados de una Isapre en caso de que esta quiebre

Actualmente, las Isapres en conjunto cuentan con más de tres millones de personas afiliadas. Un número no menor, cuando hablamos de una posible quiebra de estas compañías aseguradoras. 

Desde el 2020 con la llegada de la pandemia y las medidas adoptadas para combatir la crisis sanitaria, como el freno al alza de planes por dos años y el aumento de licencias médicas, han llevado a las Isapres a vivir una crisis económica nunca antes registrada. Situación que se complicó aún más luego del dictamen de la Corte Suprema que dejó sin efecto el alza en los planes de salud.

Ante este escenario incierto, el director del Instituto de Salud Pública UNAB y exsuperintendente de Isapres, Héctor Sánchez, detalló las aristas más importantes para entender el panorama.

  • ¿Pueden quebrar las Isapres hoy?

“Sí, hoy están en condiciones varias de ellas, las que se han financiado exclusivamente con aportes de capital. Y estos aportes siempre tienen un límite: Uno, que la empresa tenga algún futuro; dos, que haya condiciones de certeza jurídica en el desarrollo de su actividad, y tres, que la autoridad muestre una voluntad de aplicar el marco jurídico legal, es decir, que haya certeza jurídica para el desarrollo de la industria. Si esas condiciones no se dan, los dueños podrían perfectamente suspender los aportes de capital e ir a la quiebra”.

  • ¿Qué pasaría con los afiliados si se quedan sin Isapre?

“Se irán a Fonasa y si deciden atenderse dentro de la libre elección deberán realizar copagos. Los demás lo harán en el sistema institucional y pasarán a engrosar las listas de espera, que hoy alcanzan a dos millones de personas en consultas médicas y exámenes de diagnóstico, y más de 330 mil en cirugías”.

  • ¿Cuántas personas podrían verse perjudicadas?

“Son más de tres millones los afiliados al sistema de isapres. Entre las instituciones más grandes estas tienen 400 mil y 500 mil beneficiarios. De ellos, el 60% va a encontrar una solución, porque es gente joven y sana, y contratará seguros complementarios. El problema lo tiene el 40% restante, los afiliados cautivos, porque no los recibirán ni en isapres ni en seguros complementarios”.

  • ¿Cómo se explica que quiebre una industria que generaba utilidades millonarias? 

“Tiene una lógica distinta. Las isapres no son seguros de largo plazo. No guardan fondos para cubrir los siniestros futuros de las personas, tienen la obligación con ellas sólo mientras dure el contrato y le estén pagando mes a mes. Por lo tanto, este seguro se financia con las cotizaciones mensuales que va recibiendo. Y esa es una de las críticas que desde el punto de vista académico siempre hemos hecho al sistema, que es un seguro de corto plazo.

Un seguro de vida, por ejemplo, de cada 100 pesos que el asegurado paga hay una cantidad de plata que la compañía está obligada a guardar para cuando aquél esté viejo o fallezca y deba desembolsar el monto acordado. En el caso de las Isapres no es así, éstas miden sus resultados en función del ejercicio en un año en particular. Entonces, todo el dinero que ingresó el 2020 vs. todos los costos que tuvo el 2020 marca el resultado. Y si es positivo, por ley la sociedad anónima reparte a lo menos un 30% de utilidades entre sus accionistas, y con el 70% restante decide qué inversiones va a hacer. No es que las isapres tengan una alcancía a la cual le van poniendo dinero cada vez que van ganando”.

  • ¿Quién debe solucionar la situación ahora?

“De la Superintendencia de Salud. Si no busca una solución muy rápido, podría perfectamente darse que en las próximas semanas o en los próximos dos meses haya una quiebra de alguna Isapre importante. La Corte Suprema le dijo a la Superintendencia que eso deberá hacerlo en un tiempo prudencial, no le fijó un plazo, sino que sencillamente le traspasó el problema. Por lo tanto, es el superintendente quien tendrá que resolver y él va a determinar en qué momento esta situación podría resolverse a través de una circular que establezca las nuevas condiciones bajo las cuales se pueda aplicar la Ley 21.350″.

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