Más de 400 personas marcharon el sábado bajo la lluvia por las calles de Santiago para recordar a los 119 detenidos desaparecidos de la llamada operación Colombo, durante la dictadura chilena.

"Es un acto de memoria para que la gente, la población, la opinión pública sepa que no los hemos olvidado, que aquí faltan muchos", dijo Mario Aguilera, de 71 años, quien participó en la marcha.

La procesión, encabezada por 119 siluetas en representación de las víctimas, pasó por distintos puntos emblemáticos de la lucha por los derechos humanos.

Todo eso en el marco del 50º aniversario del golpe de Estado en contra del gobierno de Salvador Allende (1970-1973), el 11 de septiembre de 1973. Tras el derrocamiento militar se instaló una dictadura que dejó más de 3.200 víctimas, entre muertos y desaparecidos.

"Estoy aquí porque siempre estuve buscando a mi hijo, desde que supimos de su detención", aseguró Hilda Saldívar, de 93 años y madre de Gerardo Silva Saldívar, detenido desaparecido.

La marcha comenzó en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, pasó por las afueras del palacio gubernamental de La Moneda, la plaza de armas de la capital y concluyó en el Museo de Bellas Artes.

"Es fundamental que un pueblo recupere, ejerza el derecho y ejercite su memoria histórica, porque la memoria es lo que nos permite avanzar", destacó Roberto D’Orival, de 62 años y hermano de Jorge D’Orival, otro detenido desaparecido.

La operación Colombo, montada en 1975 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), fue una acción de desinformación para intentar desligarse de la responsabilidad en las detenciones y desapariciones de opositores políticos.

Para dicha operación, la dictadura trasladó cadáveres de detenidos desaparecidos en Chile hasta Argentina y montó allí escenas para sugerir que su muerte se produjo en enfrentamientos o ajusticiamientos internos entre miembros del chileno Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

El siguiente paso fue la publicación de artículos en medios desconocidos en Argentina y Brasil, sobre la supuesta muerte de cerca de 60 militantes del MIR en varios países de América Latina, especialmente en Argentina, por presuntas en pugnas o ejecuciones internas.

Dicha información luego fue replicada por diarios chilenos en julio de 1975.

En esos momentos, Naciones Unidas y organismos interamericanos ya acusaban al régimen chileno de graves violaciones a los derechos humanos.

En las diferentes versiones de la campaña de desinformación se mencionaba a 119 personas, en su mayoría militantes del MIR pero también de otros partidos o sin militancia política que fueron detenidos en Chile entre mayo de 1974 y febrero de 1975 por la dictadura.

Por este caso, la justicia desaforó y procesó a Augusto Pinochet en 2005, aunque con la muerte del exdictador, en diciembre de 2006, este fue sobreseído.

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