“La relación de los empresarios con la política es de alta desconfianza”, señaló José Antonio Guzmán, ex presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y ex presidente de AFP Habitat. “Yo no confío en los políticos porque no han sido personas que apunten a fortalecer el sistema de mercado. Han tratado de aprovecharse de los escándalos y resarcirse políticamente”, agregó crítico.

Pero no se quedó ahí. Aunque su tono de voz revelaba cierta inseguridad, no fue nada de temeroso cuando señaló que: “Tampoco veo a la clase política con un interés genuino en profundizar sus conocimientos de economía”. Relató que cuando iba a hacer sus presentaciones al Congreso, los parlamentarios no estaban escuchando lo que planteaba, algunos veían su computador, “no sé si pornografía u otra cosa –en tono irónico-. Les importaba un rábano lo que yo decía”.

No veo en la clase política un interés genuino en profundizar sus conocimientos de economía

Y continuó, los políticos “miran a los empresarios con desprecio porque ganan plata, por el lucro, y consideran que el patrimonio del interés de social es de ellos. No visualizan la actividad social de los empresarios como algo que tiene eco”.

Esa fue sólo parte de la intervención de Guzmán en el seminario “Salvando al capitalismo de los capitalistas: desafíos para la competencia en Chile”, organizado por la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y Fundación Horizontal.

El otro gran eje fue el rol de los gremios empresariales y allí tampoco tuvo tapujos en aclarar que éstos “se han encerrado en sí mismos y han impedido el ingreso de múltiples empresarios”. A su juicio, ése es un error porque “los que pueden defender la esencia del modelo son los empresarios que están a lo largo del país y que les gusta no ser empleados del Estado”.

Los empresarios son más defensores de las empresas, que del modelo económico

Dijo también que las organizaciones empresariales “no han sabido incorporar a los empresarios en la defensa de los principios y se han concentrado en la defensa de sus intereses sectoriales, en vez de defender el modelo”. Yendo un poco más allá en su argumentación, agregó que “los empresarios son más defensores de las empresas, que del modelo económico”.

Eso ha llevado que cada vez que afloran casos como la colusión de las farmacias o el cartel en la industria de los pollos, las fallas de las empresas producen que se ponga en cuestión el modelo económico.

Ya al inicio de su interlocución, José Antonio Guzmán repitió lo mismo que ha dicho en sus últimas alocuciones: “La respuesta de condena por parte de los gremios es escasa porque no existe una conciencia acabada del daño que se causa al sistema económico. De otro modo, serían más cuidadosos”.

La respuesta de condena por parte de los gremios es escasa (a malas prácticas empresariales) porque no existe una conciencia acabada del daño que se causa al sistema económico

En este sentido, se mostró partidario “de adoptar medidas parciales, por ejemplo, suspender el ejercicio de derechos gremiales a la espera de las resoluciones judiciales. Hasta ahora, los gremios se han asilado en la legítima investigación, pero resulta que la resolución de los casos toman cinco o diez años y por lo que cuando se falla, ya no se acuerda nadie de lo que ocurrió”.

En su opinión, “la gente frente a estos casos quiere ver sangre y quiere ver qué le costó este caso hoy a la empresa. Y no verlo en diez años más”.

Además, se mostró proclive a reforzar las acciones preventivas en cuanto a la detección oportuna de casos de colusión o abuso y de comunicar las decisiones que se van tomando para aumentar la transparencia.

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