La Brigada Investigadora de Delitos Económicos Metropolitana hizo llegar un tomo de más de 400 páginas a la Fiscalía Regional Metropolitana de la Zona Centro Norte.

Garay, que salió del país el 4 de septiembre pasado —supuestamente a realizarse un tratamiento de salud— cumple con arresto domiciliario en Rumania y es requerido por la justicia chilena.

El 24 de noviembre, en tanto, se realizará una formalización en ausencia en suelos chilenos por los delitos de presunta estafa y apropiación indebida.

Las primeras denuncias de presuntas víctimas hicieron que se levantara una alerta roja internacional para su captura a fines de septiembre. Desde entonces los testimonios han aumentado y también las víctimas.

Acá repasamos algunos de los relatos considerados por la investigación:

La herencia de $93 millones

Víctima número 1: Paula Avendaño, compañera de enseñanza media de Rafael Garay en el Colegio Concepción.

“Respecto a mi llegada a la empresa Think & Co, fue producto de un acercamiento a través de la red social Facebook, porque Rafael, me envió un mensaje de condolencia, debido a la muerte de mi papá que fue el día 25 de abril  de 2014. Días después recibí llamados y mensajes de Rafael, ya que se había enterado que producto del fallecimiento de mi padre recibiría una herencia, la que ascendió a la suma aproximada de $93.000.000 (noventa y tres millones de pesos), por ello le pregunté a Rafael dónde podía invertir parte del dinero que me heredó mi papá, donde Rafael Garay Pita me señaló que él tenía una empresa llamada Think & Co, la que se dedicaba asesorar a clientes de alto patrimonio. Debido a esto me junté con Rafael en una oportunidad para que me comentara más del funcionamiento de su empresa, luego mantuve por un periodo de 8 meses mensajes, correos electrónicos y llamadas con Rafael, en las que el insistentemente me enviaba información de su empresa para que yo invirtiera en esta, siendo tanta su perseverancia en convencerme de esta inversión, que en un minuto llegué a desconfiar. Pero finalmente dada las investigaciones que realicé invertí con Rafael, porque el porcentaje de ganancia que me ofrecía superaba con creces lo ofrecido por los bancos tanto en depósitos a plazos con en fondos mutuos”.

Encuentro durante un vuelo

Víctima número 5: Andrés Loyola

“Lo conocí cuando estudiaba en la Universidad de Concepción y él a su vez en la Universidad del Desarrollo, en el año 1994 aproximadamente, por medio de amigos en común de aquella época, sin ninguna relación de amistad, solamente éramos conocidos. Por lo anterior, no mantuve contacto con Rafael Garay Pita hasta el mes de agosto o septiembre del año 2015, cuando coincidimos en un vuelo en la ciudad de Santiago, él se dirigía a Cuba y yo a ciudad de México, en ese momento intercambiamos correos electrónicos y teléfonos. En este vuelo me comentó sobre la existencia de su empresa de la cual era socio y que se dedicaba a efectuar inversiones en el mercado asiático y en el mercado Forex. Comenzó a enviarme información vía correo electrónico sobre su empresa, en el fondo eran presentaciones de la compañía (…) Por la información que me enviaba tomé la decisión de invertir $30.000.000. Al no haber ningún problema con mi inversión  tomé la decisión de invertir más dinero, solicitando una ampliación de mi capital por la suma de $30.000.000 adicionales”.

Ex compañero de trabajo

Víctima número 6: Mauricio Orleans

“En cuanto a mi llegada a la empresa fue en el mes de octubre del año 2015, debido a un llamado telefónico de Rafael Garay, con el que me junté a tomar un café en un Starbucks. En ese lugar conversamos diferentes cosas, una de ellas fue de su empresa Think & Co, de la que me señaló que era una empresa sólida, ofrecía una renta mejor que los bancos y que mi dinero iba a estar seguro con él. Decidí invertir ya que tenía mucha confianza en él ya que habíamos trabajado juntos en la caja de Compensación la Araucana. Hice una entrega de un cheque por la suma de $150.000.000”.

"Era economista y salía en televisión"

Víctima número 8: Rubén Barril

“Lo conocí a través de mi padre de Robinson Barril Clavería, quien tenía inversiones con él, ya que lo conoció cuando Garay Pita estaba haciendo campaña senatorial en Concepción y mi padre había decidido jubilarse, por lo que estaba vendiendo sus cosas, micros y el negocio de dos empresas de transporte publico de nombre Huertos El Bosque, y la segunda que no recuerdo el nombre.

Se conocieron en Concepción y mi papá le consultó en qué podía invertir, dado que él era economista y salía en la televisión. Rafael le señala que tenía una empresa de inversiones y que podía invertir con él, ya que tenía mayor rentabilidad que los bancos. Por lo cual mi padre invirtió $200.000.000.

Respecto a mi llegada, fue producto de ese acercamiento, donde yo lo llamé señalándole que era hijo de Robinson Barril y tenía intenciones de invertir un dinero. Nos reunimos en el Café de las Artes ubicado en Santiago el 20 de octubre del  2015. Le hablamos sobre mi posible inversión de $25.000.000, iniciamos una charla donde Garay Pita habló que siempre invertía en Estados Unidos, Asia y especialmente en Hong Kong, donde señalaba tener una inclusive una oficina”.

Accidente laboral

Víctima 17: Víctor Mellado 

“Debo indicar que conocí a Garay Pita por intermedio de mi hijo de nombre Gustavo, quien a su vez lo conocía por las apariciones que Garay registraba en las diferentes medios de comunicación audiovisual. Cabe hacer presente que yo también lo ubicaba de vista, ya que este individuo en el año 2012 o 2013 se presentó como candidato a senador por este distrito, razón por lo cual estuvo realizando campaña en esta ciudad.

En el mes de julio del año 2012 tuve un accidente laboral donde resulté con el 50% de mi cuerpo quemado, razón por la cual fui indemnizado con la suma de $100.000.000. Es este el motivo por el cual mi hijo toma contacto con el fugitivo Rafael Garay, ya que como lo indiqué anteriormente, este individuo era conocido acá en Concepción como una persona exitosa en el ámbito financiero y con la finalidad de ser asesorado para realizar una buena inversión nos contactamos con él”.

En noviembre del año 2013, nos juntamos con Garay pita y mi hijo, donde le conté de mi accidente y que quería invertir ese dinero. Al escuchar mi solicitud, en forma inmediata nos indicó que él tenía una empresa que se dedicaba a la inversión en el extranjero y que daba una buena ganancia por la inversión.

Al escuchar su argumento y teniendo en conocimiento que esta persona era exitosa en el rubro de las inversiones accedí a su proposición y procedí a firmar un contrato de honorarios con fecha 25 de noviembre de 2016, donde se consignó una suma de inversión de $40.000.000 (cuarenta millones). Además se me garantizaba una rentabilidad del 18% anual, un 7% por concepto de honorarios por su función, se estableció un plazo de 12 meses para el contrato y se consignó un porcentaje de un 5% si retiraba los fondos antes del plazo establecido.

Debido a mi accidente laboral, sumado a que no puedo trabajar, hablé con Garay y le indiqué que no tenía otros ingresos económicos razón por lo cual necesitaba que mensualmente me entregara los intereses generados por la inversiones que había realizado en su empresa, la cual aceptó y fue así que desde el mes de enero del año en curso, comencé a recibir en mi cuenta corriente diferentes cantidades de dinero, los cuales fluctuaban de 300.000 a 500.000 pesos. Esto sucedió hasta el mes de julio del año 2016, ya que en ese periodo recepción el famoso correo electrónico donde daba a conocer su enfermedad como el cierre de la empresa de inversión y que devolvería los dineros invertidos en ésta”.

De las artes marciales a las inversiones

Víctima 23: Iván Núñez, periodista de Chilevisión

“En relación a los hechos investigados, debo señalar, por lo que recuerdo, que en el año 2007, mientras me encontraba trabajando en la Radio Futuro, me tocó entrevistar varias veces a Rafael Garay Pita, por temas de economía. Siendo así que comenzamos a tener una relación de cercanía, lo que se produjo por el tema de las artes marciales puesto que yo practicaba Aikido y él me habló del Judo, rama de artes marciales que yo no conocía. Tiempo después comenzamos a practicar en su departamento, ubicado en calle Bellavista con Pio Nono, comuna de Recoleta, con una frecuencia de dos o tres veces semanales.

Tiempo después, ya en el año 2011, específicamente en septiembre, Rafael me comentó que tenía un fondo de inversión privado en el cual tenía 47 clientes y que no podría exceder de 50 o si no pasaba a hacer un fondo público. Además, me dijo que le quedaban dos cupos y su intención no era ingresar más clientes, diciendomé también que el fondo estaba inscrito en la SVS, que los contratos estaban ingresados en la Cámara de Comercio de Santiago y que el árbitro arbitrador era el abogado Mario Schilling, por cualquier eventualidad, y que él cobraba una comisión del 7% sobre la ganancia en el caso que hubiere un retiro anticipado o un término de contrato. Para el inversionista o cliente era una rentabilidad de un poco más del 1% mensual, ya que ofrecía un 18% anual.

En ese momento mantenía mi dinero en fondos mutuos en el Banco Itaú, que me rentaban 0,4% mensual, dependiendo del mes. No obstante, y debido a la solicitud que Garay me hizo, sumado a la amistad que teníamos, acepté sacar parte de mis ahorros y depositar la suma de 20.000.000 (veinte millones) de pesos en la empresa Think & Co Limitada, la cual invertía supuestamente en el exterior y había tomado instrumentos financieros en el mercado internacional. Específicamente había comprado oro, entre otras cosas.

En cuanto a las utilidades generadas por los $20.000.000 que le entregué mediante un cheque de mi cuenta corriente del Banco Itaú, tengo que decir que mensualmente Rafael me enviaba los reportes vía email, en los cuales se indicaba el porcentaje de rentabilidad obtenido y el total de lo rentado, de acuerdo a lo pactado. Posteriormente, se cumplió el plazo de los 24 meses señalados en el referido contrato, siendo ahí cuando Garay me generó un vale vista del Banco de Chile, por la suma de $24.000.000 aproximadamente, dinero que reinvertí toda vez que Rafael Garay había cumplido a cabalidad con las condiciones estipuladas en el contrato primitivo. No obstante, antes de esta segunda inversión me dio a conocer que el fondo iba a ser público, debido al éxito de las inversiones e iba ser regido bajo la SVS y que, además, cumplía con lo establecido en la ley 18.815 de fondo de inversiones.

El día 18 de diciembre del 2014 firmé otro documento llamado “Prórroga de Contrato a Honorarios", mediante el cual invertí $22.000.000 adicionales, sumando un monto total de $50.000.000 a un plazo de año renovable, nuevamente entre la empresa de Rafael Garay Pita y yo como persona natural, esperando que las condiciones serían las mismas que el contrato anterior".

Víctima 26: Ignacio Labraña 

“Contacté a Rafael Garay Pita por medio de la red social Facebook en el año 2012 aproximadamente, debido a que tomé conocimiento respecto de su trabajo en los medios de comunicación, decía ser economista y experto en el ámbito financiero y comercial”.

Luego de ver un aviso en la misma página de Facebook de Garay, sobre su empresa de inversión Think & Co, decidió partir invirtiendo $4.000.000. Tras ello aumentó el capital de la inversión otras cuatro veces, llegando a depositarle $17 millones.

"Rafael Garay me informaba mensualmente por medio de correos electrónicos la rentabilidad que iba generando mi inversión, lo que ocurrió hasta el mes de junio de 2016 (…) Nunca me reuní con Rafael Garay, por tal motivo nunca lo conocí. Tampoco concurrí a su oficina. Nunca conocí a los integrantes de su equipo de trabajo".

 

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