“¿Renunciar? No soy así, yo doy la pelea por los que quiero y por lo que creo”, reza el estado de la cuenta de WhatsApp de Gloria Naveillán, diputada por La Araucanía, militante del Partido Republicano.

La parlamentaria, este lunes, fue la única del grupo de 14 diputados que se inclinó por votar a favor del quinto retiro del 10% de los fondos de pensiones, pese a que la bancada republicana no otorgó libertad de acción.

La decisión fue difícil, así lo han reconocido varios integrantes de la colectividad, pues, pese a que su electorado -y la propia postura de sus líderes como José Antonio Kast y Rojo Edwards- había sido contraria a los retiros del 10%, esta vez las bases republicanas presionaron fuertemente para que el partido aprobara este proyecto de ley promovido por parlamentarios de oposición.

Hubo dos razones principales: el miedo a que el gobierno o la futura Constitución expropien los dineros de pensiones y el deseo de propinar un duro golpe a la administración de Gabriel Boric, que intentó alinear a su coalición para votar en contra de la iniciativa.

Así, finalmente, la bancada optó por mantener la “coherencia” de su discurso que habían alzado enfáticamente durante la campaña presidencial y parlamentaria.

Pero la diputada Naveillán, cuenta en entrevista con T13.CL, que no pudo seguir la orden de partido. No está molesta. Al teléfono con este medio suena relajada, dice que entiende la decisión y a ratos hasta se lo toma con humor: “Durante seis meses tendré que ver dónde almuerzo (ríe)”.

—¿Cómo ha sido sancionada por la bancada del Partido Republicano?

—Se me separó de la bancada republicana. Por lo que le entendí al jefe de bancada (Cristóbal Urruticoechea) es por un periodo de seis meses. No podré asistir a los almuerzos de bancada ni a los puntos de prensa.

—¿Cómo se lo toma?

—Ellos hacen esto como una sanción, sin duda. Ahora, yo sigo trabajando, tengo mucha pega, estoy metida en comisiones complicadas y, por lo tanto, tengo que seguir trabajando, hay mucho, mucho que hacer.

—¿Entiende y acata la sanción?

—Desde el punto de vista de ellos, lo entiendo; no lo comparto, porque creo que la decisión de su voto fue errónea, pero entiendo la postura de ellos. Desde ese punto de vista, acepto la sanción, pero no la comparto.

—¿Le pidieron renunciar al Partido Republicano?

—En algún minuto, pero no desde el partido... fue la bancada de diputados.

—¿Qué respondió?

—Que no.

—¿No pensó en renunciar?

—¿Cómo se te puede ocurrir? ¡Por ningún motivo!

—¿Le insistieron en renunciar al oír su respuesta? ¿O entendieron sus razones?

—No tengo idea si las habrán entendido, pero mi respuesta fue no.

—¿Por qué no se convenció de los argumentos de su bancada para rechazar este quinto retiro?

—Lo pensé mucho, pensé mucho esta decisión porque sé que es una mala política pública, lo tengo muy claro, pero yo me comprometí, cuando fui candidata -y siempre en mi vida he sido fiel a mis compromisos- a que yo iba a defender la libertad de la gente y la propiedad privada. Y cuando yo veo que realmente las alarmas se me prenden, los semáforos los tengo en naranja, tirados para rojo, respecto al eventual robo de los fondos de pensiones de la gente, yo no puedo permitir eso, es superior a mí.

—¿Qué pasa con el argumento que se esgrimió en la bancada respecto a la coherencia del P. Republicano? En campaña figuras como José Antonio Kast y Rojo Edwards fueron contrarios a los retiros del 10%...

—Efectivamente los diputados votaron en contra del quinto retiro por un tema de coherencia con el mensaje que se había dado siempre. Lo que pasa es que a lo mejor es porque soy más vieja, ¿no? Pero me he dado cuenta de que, en la vida las cosas, las doctrinas no son estáticas porque al final del día dependen de las personas y de las circunstancias, sobre todo de las circunstancias. Aquí claramente las circunstancias del año pasado han cambiado radicalmente en este mes de gobierno que tenemos y a la luz de todo lo que ha dicho la gente de la Convención y de lo que han dicho incluso ministros de este gobierno, creo que el panorama es radicalmente distinto al que teníamos el año pasado. Sigue siendo una muy mala política, estoy totalmente de acuerdo con eso, pero el riesgo de que alguna forma le roben la plata a la gente hoy es bastante más real de lo que alguna vez pudo haber sido.

—¿No cree que vulneró ciertos principios republicanos al votar a favor del quinto retiro del 10%?

—No, este no es un tema de principios, en esto hay un tema de aspectos técnicos. El hecho de que una política sea mala no constituye un principio, eso constituye un dato duro porque claramente con cualquier persona que sepa algo de economía tiene que ser capaz de darse cuenta de que esto genera al final del día un aumento de la inflación, que hay un aumento de liquidez y que eso recae en que las cosas sean más caras. Los que más sufren eso son los más pobres, eso es un hecho de la causa, pero te vuelvo a decir: las circunstancias cambian cuando te dicen ‘la plata que hay ahí se las van a robar’.

—¿Sintió mucha presión del votante republicano?

—Yo no me dejo presionar, yo pienso las cosas sola. Por supuesto que me influye la opinión de las personas que votaron por mí, pero no es que esa presión me haga votar de una u otra manera, es un razonamiento al cual yo llego poniendo en la balanza todos los aspectos.

—El concejal republicano de Las Condes Sergio Melnick dijo que esto fue un error histórico de los republicanos, tanto así, como la firma del acuerdo del 15-N por parte de la centroderecha. ¿Lo comparte?

—No lo veo así. El error que se cometió el 15 de noviembre no tiene punto de comparación. Los políticos y el Presidente de la República de ese momento entregaron el país, fue el peor error que se pudo cometer, fue un desastre. Esto de ahora lo comparo más bien con las erróneas decisiones que tomó la UDI en su minuto cuando transó ciertas cosas con el gobierno de Ricardo Lagos y con la DC, porque esas cosas nunca vienen de vuelta. En la política tú das la mano, pero no necesariamente recibes otra mano de vuelta.

—¿Fue ceder a este gobierno rechazar este quinto retiro?

—Políticamente hablando pienso que es un trance duro. No es un trance fácil para ningún partido...

—¿Ser un partido grande, dice, que debe negociar y llegar a acuerdos?

—Ser partido, claro, implica una responsabilidad de ser muy ordenados, y la verdad es que se ha logrado, en muchos aspectos nosotros como partido nos hemos destacado dentro del Congreso; la responsabilidad que se siente es muy grande, por eso para mí la decisión fue tan difícil y por eso pedí libertad de acción, que es lo que no tuve.

—Dijo que fue una decisión errónea la de la bancada, ¿fue un error político que traerá costos?

—Ellos se guiaron por la doctrina, me quedan dudas de si fue una buena decisión o no.

—¿José Antonio Kast intentó convencerla de que votara ordenada con la bancada?

—No voy a opinar de ese tema.

—¿Prefiere dejar esa conversación en el ámbito privado?

—No voy a opinar de ese tema.

—En el futuro, ¿cómo va a votar en torno a las decisiones de la bancada?

—En un 99,9999 periódico por ciento pienso exactamente igual que todos los diputados republicanos, por lo tanto, sería raro que yo volviera a votar distinto, a no ser que se produjera una alineación de estrellas tan rara como la que se produjo el lunes.

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