Como "profundamente inadecuada". Así calificaron los frentes sindicales de todos los partidos de la Nueva Mayoría la declaración firmada ayer por los timoneles de seis colectividades en la que se cuestionaba en duros términos al PC por su rechazo en bloque al veto con que La Moneda buscaba reponer el reajuste de un 3,2% para los sueldos de los funcionarios del sector público. 

Una declaración que generó profunda molestia en el PC, cuyo timonel, Guillermo Teillier, no suscribió. En medio de la polémica, la colectividad decidió restarse de la reunión del Comité Político que estaba programada para hoy. Tras ello, La Moneda decidió suspender el encuentro. 

En este contexto, los representantes de los frentes sindicales de los partidos de la Nueva Mayoría cuestionaron que en la declaración de ayer los timoneles “intentan poner en el centro del debate las diferencias que existen entre los partidos y en particular con el PC asumiendo el problema del fracaso en la negociación y votación del reajuste como un tema de lealtades partidarias y/o con el gobierno, desconociendo las razones que llevaron al rechazo por parte de parlamentarios de todos los partidos de la Nueva Mayoría”. 

Incluso señalan que el centrarse en la disputa por los “culpables y recriminaciones” pareciera estar usándose “como excusa para no enfrentar otros problemas”.

Esto en momentos donde -señalan- "se debieran centrar los esfuerzos en facilitar que se retome el diálogo entre el ejecutivo y los trabajadores". 

Por otro lado, calificaron de “inaceptable” la “actitud terca” del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, a quien lo acusan de ser el “verdadero responsable” junto a los ministros de la Segpres (Nicolás Eyzaguirre) y de Interior (Mario Fernández) de la “innecesaria derrota auto infringida en la tramitación del reajuste”

“Definitivamente no ha estado a la altura en ninguno de los debates legislativos en materias laborales”, señalaron.

Junto con esto, rechazaron “enérgicamente” el desalojo a dirigentes sindicales durante la votación, entre ellos la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa. Lo calificaron como un “trato vejatorio” . 

 

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