Un anuncio que vuelve a poner a La Moneda en el centro de atención. José Antonio Kast confirmó que, al asumir la presidencia, vivirá en el Palacio de La Moneda junto a su esposa.

Según explicó, es una decisión ligada a la austeridad: cocinarán de noche y almorzarán en el casino presidencial.

Pero, ¿qué tan grande es realmente La Moneda?

La Moneda no es una casa tradicional. Es un edificio neoclásico de más de 18 mil metros cuadrados, construido originalmente como Real Casa de Moneda y que desde 1846 funciona como sede del poder ejecutivo.

En su interior, el palacio cuenta con alrededor de 40 habitaciones históricas, entre salones protocolares, oficinas presidenciales, dependencias administrativas y espacios patrimoniales. No todas son dormitorios: la gran mayoría cumple funciones de trabajo, ceremonias y representación del Estado.

El corazón del edificio es el Despacho Presidencial, el espacio privado donde el Presidente trabaja, recibe a autoridades de alto nivel y firma documentos oficiales. Es una oficina de uso reservado, sin planos públicos, que históricamente ha sido el centro de la toma de decisiones del país.

Entre los salones más importantes está el Salón Montt-Varas, uno de los principales espacios protocolares de La Moneda. Aquí se realizan ceremonias de Estado, promulgaciones de leyes, juramentos y recepciones oficiales. Es uno de los salones más solemnes del palacio y alberga mobiliario y obras históricas del siglo XIX.

El Salón O’Higgins, que antiguamente fue parte operativa de la Casa de Moneda, hoy se utiliza para recepciones oficiales y presentación de credenciales diplomáticas. Conecta directamente con el Patio de Honor y es parte del circuito ceremonial.

El Salón Azul está reservado para reuniones privadas de alto nivel. Es el espacio donde se realizan encuentros a puertas cerradas con líderes políticos, autoridades nacionales e internacionales, y reuniones que requieren máxima discreción.

Dentro del palacio también se encuentra el Salón Blanco, una recreación del despacho del Presidente Salvador Allende. Restaurado como espacio de memoria histórica, forma parte del patrimonio del edificio y de su recorrido institucional.

El Salón Carrera, también conocido como Salón Amarillo, funciona como antesala para audiencias con el Jefe de Estado. Está ubicado en el segundo piso del ala norte y contiene retratos y obras históricas.

Junto a él está el Salón Pedro de Valdivia, utilizado como sala de espera y espacio para cócteles y recepciones oficiales, destacado por un gran óleo del conquistador.

El Salón Arturo Prat corresponde a un conjunto de tres salones conectados: sala de espera, sala de reuniones y comedor. Se utiliza tanto para actividades culturales como para reuniones ministeriales y bilaterales. Fue restaurado tras el terremoto de 2010.

Otro espacio tradicional es el Salón de Edecanes, hoy denominado Salón Capitán de Navío Arturo Araya Peeters, vinculado históricamente al cuerpo de edecanes presidenciales y al circuito de recepción oficial.

En cuanto a la vida cotidiana, La Moneda cuenta con un comedor presidencial privado, con capacidad aproximada para 26 personas, utilizado para almuerzos y cenas reducidas con invitados oficiales. Es uno de los pocos espacios con un uso más cercano a la vida diaria.

El palacio se organiza en torno a patios interiores. El más conocido es el Patio de los Naranjos, un espacio ajardinado donde se realizan ceremonias, discursos y actos protocolares al aire libre. También existen el Patio de Honor, el Patio de las Camelias y otros patios internos que articulan la circulación del edificio.

Además, el palacio alberga la Galería de los Presidentes, con retratos de los mandatarios de Chile, y salas de carácter museográfico como el Salón Vicente Huidobro, inaugurado en 2013, dedicado al poeta chileno.

En términos administrativos, La Moneda no concentra todos los ministerios del país. Aquí funcionan principalmente las oficinas presidenciales y secretarías clave, como la Secretaría General de la Presidencia, mientras que la mayoría de los ministerios tiene sedes propias fuera del palacio.

Aunque hoy no se utiliza como residencia familiar, el edificio mantiene dependencias habitacionales históricas. De hecho, se ha documentado que el expresidente Sebastián Piñera utilizaba una habitación habilitada para descansar o dormir siestas durante jornadas extensas de trabajo.

El último presidente que vivió permanentemente en La Moneda fue Carlos Ibáñez del Campo, quien dejó de usar el palacio como residencia en 1958. Desde entonces, el edificio ha funcionado exclusivamente como sede de gobierno.

Por eso, la decisión anunciada por José Antonio Kast no solo tiene un impacto práctico, sino también simbólico: volver a habitar un palacio diseñado para gobernar, trabajar y representar al Estado, más que para la vida doméstica.

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